¡Qué cosas!

Con la mente plana

La publicidad está hecha para embaucarnos, que duda cabe, pero no engaña porque es siempre un acertadísimo termómetro de por dónde transitamos

Publicado: 23/07/2018 ·
19:35
· Actualizado: 23/07/2018 · 19:37
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  • Ni la tierra es plana, ni las mentes deben serlo. -
Autor

Juan Diego Morales Arroyo

Juan Diego Morales Arroyo es periodista y ocupa el cargo de director de contenidos de viva Málaga

¡Qué cosas!

En el blog 'Qué cosas' se hace un análisis de lo que ocurre, lo cotidiano más increíble. El porqué si eso, otro día

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El mal no descansa. Nunca. Pero en verano ya hay que echarse a temblar. Se asoma uno a los anuncios que proclaman las posibilidades para el merecido descanso estival de quienes tienen un curro (que nunca es un privilegio, conste, solo una circunstancia vital que está regulada como un derecho constitucional sin que nadie haga algo por asegurarlo, y menos en dignidad), y dan ganas de meterse en un agujero, o de parapetarse tras una librería y que venga a buscarte la policía y el ejército, cual estudiante nicaragüense en protesta contra el adocenado y perdido gobierno de Daniel Ortega. La publicidad está hecha para embaucarnos, que duda cabe, pero no engaña porque es siempre un acertadísimo termómetro de por dónde transitamos, que es también sinónimo de hacia qué suerte de cataclismo nos dirigimos, que es bien cierto que tan importante es el camino como el destino. Por eso nunca me he explicado que el descanso estival sea sinónimo de dejarse el cerebro en un cajón, salvo que también el resto del año lo tengas criando polvo, y entonces, claro está poco importa y ninguna es la diferencia. Que nunca haya opción alguna en los tópicos habituales del descanso canicular que te incite a leer, a leer mucho, a conversar largamente con quienes no podemos disfrutar del contraste de opiniones por falta de tiempo el resto del año. O simplemente, a contemplar los amaneceres y/o las puestas de sol, calibrando a golpe de reflexión cuánto de profundo esconden ambos fenómenos que se repiten sin que nos tomemos el más mínimo interés el resto el año, todos los días. Descubrir, anotar, aspirar, devorar, conocer, y no solo cuanto de material y tantas veces falso o vacuo nos ofrecen, son sinónimos de sentirse vivo, de ser eternos en los breves lapsus de tiempo que tenemos tanto para nosotros mismos como para aquellas y aquellos a quienes queremos bien. Lo mismo que la vida misma, vaya. O así debería parecernos, y a ello deberíamos sentirnos impulsados, Pero no, nos encontramos que, si todavía hay quién cree y defiende que la Tierra es plana, por qué no la mente, que ocupa mucho menos.  Sobre todo cuando el sol alumbra y quema.

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