Andalucía

La redención de Juanma Moreno

El líder del PP-A, si prospera el pacto con Cs, podría pasar de ser un candidato con fecha de caducidad al dirigente ‘popular’ con más poder institucional

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  • Juanma Moreno en el comité regional del PP tras las elecciones del 2-D. -

En la política, como en el fútbol, no importa haber jugado mal si, tras encajar una goleada, levantas tú la copa. Bien y mal son conceptos, además, siempre relativos. ¿En comparación con qué? Se puede ganar unas elecciones y chupar banquillo en la oposición, o perderlas y subir al podio.

PP y Cs están próximos a apuntarse una victoria que, en el abstracto de la aritmética, le correspondería a Susana Díaz, igual que Griñán se apuntó el triunfo de Arenas metiendo a gente de la cantera de IU en 2012. Son las reglas del juego. Y son las mismas para todos.

Aquel triunfo de Javier Arenas dejó en el PP la sensación de que Andalucía era una plaza inexpugnable para cualquiera que no empuñara la rosa roja de los socialistas. Pero con la mitad, prácticamente, de los diputados que logró entonces Arenas, Juanma Moreno está a punto de poner su pica en San Telmo.

La negociación de PP y Cs para formar un Gobierno "de cambio" en Andalucía tras casi cuatro décadas de poder casi absoluto (incluso absolutista, en algunos casos) del PSOE está a punto de cerrarse. Y, aunque no se puede decir aún por eso de los tiempos de la política (igual que en el fútbol, los partidos duran 90 minutos), Juanma Moreno, presidente del PP-A y candidato de esta formación en las pasadas elecciones autonómicas, tiene muchas papeletas para convertirse en el presidente de la Junta para los próximos cuatro años.

Un PP en horas bajas

Los resultados electorales del PP de Juanma Moreno no han sido buenos. Ha perdido 7 escaños con respecto a los que obtuvo en 2015, y 24 en relación con el triunfo de Arenas en 2012, cuando por vez primera y única el PP consiguió más diputados que el PSOE en una elecciones autonómicas en Andalucía. Arenas sacó 50. Moreno puede ser presidente con sólo 26.

Pero nada de eso importará si llega a ocupar el trono de San Telmo. No lo ha tenido fácil, ni se lo han puesto fácil dentro de su propio partido. Se hizo cargo de un PP andaluz en horas bajas, en el que no llegar a alcanzar lo que había tenido tan cerca había pasado factura. Relevó a Juan Ignacio Zoido en 2014 como presidente del PP-A y desde entonces sus relaciones con él han sido, en el mejor de los casos, inexistentes.

Para colmo, tras la moción de censura presentada por Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy, en el congreso extraordinario celebrado en el partido para elegir al sucesor del gallego y que terminó convirtiendo en presidente nacional del PP a Pablo Casado, Moreno Bonilla se posicionó en el lugar equivocado. Y sin necesidad. Y eso hizo que sus adversarios dentro del PP tomaran posiciones dispuestos a defenestrarlo al primer resbalón, programado para las elecciones del pasado 2 de diciembre.

Juanma Moreno, reconocido amigo de Pablo Casado, apoyó a Soraya Saenz de Santamaría, enfrentada a María Dolores de Cospedal. Y en la segunda vuelta, descabalgada esta última de la carrera por la Presidencia del partido, los cospedalistas, entre los que estaban el exministro Juan Ignacio Zoido y el exsecretario de Estado José Antonio Nieto, se alinearon al lado de Casado sólo por hacer frente a su enemiga íntima Saenz de Santamaría. Y ganó Casado. Y Casado pagó los favores acogiendo bajo su abrigo a muchos de los que esperaban un nuevo fracaso del PP-A para defenestrar, llegado el caso, a Juanma Moreno.

Final inesperado

Afortunadamente para el PP (y para Juanma Moreno), el batacazo de los populares en las pasadas elecciones andaluzas sólo es comparable al que se pegó Susana Díaz. El retroceso de los socialistas y la irrupción de Vox en el Parlamento ha alterado todas las combinaciones previstas en los sondeos electorales.

Y Juanma Moreno, por mor de esa carambola, puede pasar en cuestión de días de ser un candidato con fecha de caducidad dentro del PP al líder de esta formación con más poder institucional en España, con permiso del gallego Alberto Núñez Feijóo.

La huida de Juan Ignacio Zoido a Madrid el día de las elecciones es muy significativa. También la renuncia a su acta de diputado. El antecesor de Juanma Moreno al frente del PP-A votó en Sevilla y luego se marchó a Madrid a esperar los resultados electorales. ¿Quizá temía (o esperaba) que fueran muy malos y prefirió no hacerse la foto con los derrotados?

Ya han renunciado dos diputados electos del PP, Zoido y el alcalde de Vejer, José Ortiz. Los dos, oficialmente, para seguir en sus cargos... ¿Acaso esperaban no salir elegidos?

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