Richelle Cooper explicó que Jackson llegó al centro médico "clínicamente muerto" después de que ella hubiera dado el visto bueno para declarar oficialmente su deceso a las 12.57 del mediodía del día 25 de junio de 2009.
Su fallecimiento, sin embargo, no se certificó definitivamente hasta las 14.26 de la tarde de esa jornada tras casi una hora y media más de reanimación sin éxito.
Cooper indicó que fue la primera vez en su carrera que trataba de revivir en la sala de urgencias a una persona que previamente consideró que había fallecido.
Tomó esa decisión, según explicó, porque había un médico junto al paciente en el lugar donde se produjo la parada cardíaca y que pidió el traslado en ambulancia.
Ese doctor, Conrad Murray, fue acusado posteriormente de homicidio involuntario por la muerte de Jackson y se enfrenta a una pena de hasta 4 años de cárcel si se le declara culpable en el juicio que entró este lunes en su segunda semana en la Corte Superior del condado de Los Ángeles.
La Fiscalía considera que Murray, de 58 años, administró al artista una dosis letal de medicamentos, en concreto un anestésico llamado propofol, que según la autopsia acabó con la vida del creador de "Thriller".
La defensa sostiene que fue el propio Jackson quien, debido a sus adicciones, terminó por tomarse los fármacos cuando Murray, que mantiene su inocencia, estaba ausente.
Está previsto que el juicio se prolongue hasta finales de mes.
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