La japonesa llegó a este pueblo de la sierra norte, donde nació la madre de su marido, el ex bailarín estadounidense Mark Mahler, en 2002 para crear un taller de confección desde el que exportar vestuario específico para los bailarines de todo el mundo.
“Ella comenzó diseñando su propio vestuario y casi desde los inicios la empresa ha ido creciendo gracias al boca a boca de la profesión” ha explicado a EFE el gerente de la empresa Yumiko Europa S.A, Francisco Carmona, en el pequeño taller ubicado en un Polígono Industrial integrado en el pueblo.
Gracias a este “boca a boca”, la directora de vestuario de Cisne Negro se interesó por los diseños de Yumiko recomendada por bailarines de Nueva York.
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