“El accidente me hizo valorar mucho más todo”, contó Torroja, y ello se ha traducido en un nuevo disco con unas canciones “más vitales, con más fuerza, me presento pisando fuerte”, dijo.
Torroja se desmarca del contexto actual de crisis económica y se empeña por ponerle color a una “vida que cada vez parece más gris y de capa caída”. “Hay que sonreir, aunque sólo sea un segundo”, opina la cantante, para quien “la felicidad” es un estado real.
Después de treinta años en el mundo de la música, Torroja sigue empeñada en arriesgar y probar cosas, “aunque lo anterior funcionase”, dijo.
Y en ese esfuerzo se complementó a la perfección con el productor Andrés Levin, un trabajador “intuitivo”, fundador y alma de Yerba Buena y uno de los más reconocidos de la actual escena musical, avalado por sus trabajos con Tina Turner, Carlinhos Brown o Miguel Bosé.
“Grabamos a todos los músicos juntos”, cuenta Torroja, lo que en su opinión crea un efecto final “muy directo”.
El positivismo que quiso imprimir a “Sonrisa” se manifiesta hasta en el orden de las canciones. “Andrés y yo ideamos un posible orden cada uno por nuestro lado y al final resultó que sólo diferíamos en un tema”, relató.
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