Dentro de la sección Un certain regard, Trapero vuelve a Cannes, donde hace dos años cosechó muy buenas críticas con "Leonera", y lo hace con un filme muy diferente pero igualmente intenso, que ha sido muy bien recibido en las dos proyecciones que ha tenido hasta ahora.
Una película comenzó siendo una historia de amor que luego se volvió más intensa, cuentan a Efe Trapero y Gusman, ante la ausencia de Darín, que continúa con sus compromisos teatrales en Argentina. “Se fue convirtiendo en una historia de amor muy intensa en un universo de emergencia permanente”, explica un Trapero casi sin voz tras la promoción en Argentina y la de ayer en Cannes. Y a medida que Trapero empezó a trabajar en la historia con los guionistas se empezó a “poner más densa y más densa”.
Lo que dio como resultado un “film noir intenso, una historia de amor trash y particular y sórdida, que son las temáticas que a Pablo le gusta experimentar”, explicó Gusman.
Carancho es la historia de Sosa, un abogado (Darín) que se dedica a conseguir clientes de accidentes de tráfico compinchado con personal del hospital que atiende a las víctimas.
Los trapicheos del abogado y de sus compañeros de oficio, los engaños a las víctimas de los accidentes y las propias trampas que Sosa pone en marcha sin parar son algunos de los elementos que construyen esta historia.
En la que una parte importante se dedica a la relación entre Sosa y Luján (Gusman), una doctora con aspecto serio y reservado, que es más vulnerable de lo que parece en un principio.
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