La
imposibilidad de cazar la tórtola europea esta temporada en ninguna comunidad, pese a que en Portugal sí se podrá, y el
retraso de la apertura de la veda para el conejo, por la presencia del virus de la toxomatosis, complican el arranque de la temporada en la provincia de Cádiz e ilustran los
dos grandes problemas con los que se encuentra el sector: la
falta de colaboración y apoyo institucional y el condicionante sanitario, con un Covid que ha dejado en una
situación muy delicada a un buen puñado de actividades vinculadas.
“Esto lo gestionan señores que no tienen ni idea”, lamenta
José Antonio Lechuga, propietario de la armería que lleva su apellido en Jerez, respecto al cupo cero para la tórtola europea pese a que, como indica la
Federación Andaluza de Caza (FAC), no existe documentación oficial y concluyente que justifique una moratoria para su captura.
“No somos matarifes, regulamos las especies”, se reivindica sin ocultar su enfado porque
“las decisiones ideológicas” dificultan aún más la viabilidad del sector tras un año y medio de pandemia.
La provincia contaba con algo más de
31.200 licencias antes de la pandemia.
“Se han reducido”, asegura
Alfonso Medina, portavoz de la
FAC en Cádiz, y el virus aún genera incertidumbre. “No se están pagando los cotos hasta no tener certezas”, añade.
Juan Antonio Correro, responsable del Catering Correro, confirma que “por estas fechas lo normal es tener
cerradas citas para octubre, pero no hay nada”. La actividad ha sido
despojada de todo componente social (no ha sido posible hasta ahora celebrar desayunos, almuerzos o sorteo ni tampoco contar con los servicios que presta este vecino de Benalup desde hace 30 años) y hay dudas sobre el futuro. Con hasta
80 trabajos por temporada, da empleo a una veintena de personas para que disfruten de una jornada de caza
hasta 150 personas. Ha ido tirando de ahorros, pero no quiere ni pensar qué depararán los próximos meses.
“Solo pagamos, pagamos y pagamos”, exclama sobre la delicada situación económica del sector el dueño de la armería Lechuga, que se congratula por la constitución de la
mesa cinegética en el seno de Diputación a partir de septiembre ante la falta de ayuda institucional que han sufrido, las restricciones de movilidad entre municipios, pese a estar permitida la caza, lo que también dificultó la venta de munición, y los ataques por parte de determinados colectivos y partidos.
“Hace falta más respeto”, apunta, por su parte, Alfonso Medina, y
que se conozca más y mejor las labores de control de determinadas poblaciones de especies para evitar los perjuicios a cultivos y explotaciones, los riesgos en la seguridad vial y la transmisión de enfermedades entre la fauna silvestre y ganado. Pero también considera que es importante incidir en la importancia de la caza en el desarrollo social y económico de la provincia.
Jessica Vidal confía en volver a recibir a cazadores en el bar de la
Sociedad Federada de Caza Malvis cada fin de semana, desde las seis. El presidente de la sociedad,
José María Clavijo, acusa el trajín administrativo previo al inicio de la temporada, pero
no se muestra optimista: lo del conejo, el cupo cero de la tórtola europea y la incidencia del Covid... Y ahora la Ley de Bienestar Animal que prepara la Junta,
“letal para el sector
”.