Cádiz es la provincia española que mayor saldo emisor de trabajadores registra desde el año 2001. Lo ha hecho de manera ininterrumpida hasta 2018, fecha del último dato oficial del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Solo en ese último ejercicio, de los 628.767 contratos firmados por gaditanos, 114.249, el 18,2% del total, obligaron a desplazarse a otro territorio para desempeñar sus cometidos profesionales. El resultado de la resta de los que entran (43.202) y los que salen es de menos 71.047. Sin cifras todavía para calibrar el impacto de la irrupción del coronavirus, “no cabe duda de que el confinamiento distorsionará los números del primer trimestre de 2020, y la evolución de la crisis sanitaria condicionará” los ya tradicionales flujos de movilidad, apunta Javier Blasco, director de Adecco Group Institute.
Dos de los tres principales grupos ocupacionales podrán seguir exportando empleados gaditanos, quizás en menor medida por la caída de la demanda, pero sí de manera sostenida. En torno a 20.000 contratos firmados por gaditanos en otras provincias durante 2018 correspondieron a la construcción, que ha demostrado gran capacidad de recuperación tras lo más duro de la pandemia. Esta actividad tiene un importante peso en general en España, particularmente entre Ciudad Real y Madrid. En lo que respecta a la provincia, el destino habitual es Islas Baleares.
El otro sector que mayor demanda registra, incluso ha registrado durante el estado de alarma, es el agroindustrial. Según el informe del SEPE, casi 34.000 contratos fueron suscritos por trabajadores gaditanos no cualificados, el grupo ocupacional más numeroso, para labores vinculadas al sector primario en la mayoría de los casos. El informe 'España y la crisis del coronavirus: Una reflexión estratégica en contexto europeo e internacional', elaborado por Charles Powell, Ignacio Molina y José Pablo Martínez y publicado por el Real Instituto Elcano, remarca que el sector agrario goza de buena salud pero depende de 80.000 trabadores inmigrantes que no han podido incorporarse. La necesidad de mano de obra en todo el territorio nacional ha sido tal que, explica Blasco, la Asociación Agraria de jóvenes Agricultores (Asaja) y Adecco firmaron un acuerdo para apoyar al sector en la búsqueda y cobertura de las posiciones que demandan. “El convenio se mantendrá en los próximos meses con motivo de las campaña agrícolas que se avecinan”, agrega.
Por el contrario, la crisis sanitaria y la incertidumbre provocada por los brotes pasan factura ya a la hostelería, actividad que permitió 27.705 salidas de Cádiz en 2018.
“La provincia no cuenta con grandes centros de trabajo”, explica Blasco, salvo los vinculados a Airbus y Navantia capaz de atraer desplazados fundamentalmente desde Huelva, según el análisis de la movilidad interprovincial dentro de Andalucía, de manera que la movilidad es inevitable.
Pero el director de Adecco Group Institute resta trascendencia al fenómeno. No siempre existe necesidad. “Las facilidades de comunicación influyen en el incremento de la movilidad, que no solo incluye traslados de residencia, sino también desplazamiento desde la provincia”, asegura.
En cualquier caso, añade, países como Alemania tienen una tasa de movilidad mucho mayor que España, porque “no tienen problema en atraer y exportar talento”.
“Si Cádiz quiere revertir su tendencia debe ser crear un entorno atractivo, competitivo, ofreciendo incentivos fiscales, facilidades para el alquiler, buen y barato suelo industrial”, apunta. Aunque admite que el futuro inmediato no va a ser fácil. “El paro en España alcanzará el 20% en 2020 y, según los sectores y las comunidades autónomas, hasta un 25%”. Andalucía, afirma, “está tomando medidas en la dirección correcta y logrando el difícil equilibrio entre el control de riesgos y la reactivación económica”. El problema es que, con la crisis, llueve sobre mojado. Cádiz no solo lideró el ranking en cuanto a provincias emisoras, sino que, en 2018, también fue la primera en España en cuanto a la reducción de trabajadores que fueron contratados en la misma provincia en la que están domiciliados.
El gaditano que sale: hombre, de 30 a 45 años y con estudios primarios
La mayoría de los gaditanos que se ven obligados a salir de la provincia para trabajar son hombres, de entre 30 a 45 años y con estudios primarios, según el informe el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) con datos de 2018. No obstante, en cuanto a la formación, en términos relativos, la tasa de movilidad más elevada se da entre quienes tienen estudios superiores, con 11.660 contratos firmados en otros territorios frente a los 5.324 suscritos por foráneos en la provincia. Por sectores, servicios registra más demanda, con 67.941 contratos, seguido de agricultura (20.980) y construcción (19.517). Cádiz atrae fundamentalmente a empleados para restauración y comercio.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es