El consejero de Salud, Jesús Aguirre, estalló este miércoles en el Parlamento autonómico tras una semana y media de desajustes entre los números de fallecidos a causa del Covid-19 que informa la Junta y los que reconoce el Ministerio de Sanidad. “A mí, el baile de cifras me parece indignante”, lamentó Aguirre.
“Son personas que han fallecido y que en su certificado de defunción pone como causa principal o última de fallecimiento el coronavirus. Que yo mande una cifra y el Gobierno central ponga unas cifras menores en Andalucía es una falta de respeto total hacia los fallecidos”, remachó.
Sin embargo, la Junta tampoco registra el total de las muertes por la infección, según los datos contenidos en el Estudio de mortalidad real en España por la pandemia de coronavirus, elaborado por la Asociación Española de Profesionales de los Servicios Funerarios (Aesprof). Entre el 14 de marzo y el 25 de mayo, los fallecidos oficialmente en Andalucía fueron 1.377, pero la entidad los eleva hasta las 1.556 víctimas mortales, un 13% más. En el conjunto de España, con 43.985 frente a los 28.109 reconocidos durante ese periodo, la diferencia es del 56,5%.
“Como profesionales, nos hemos visto en la obligación de corregir la disparidad de criterios estadísticos de contabilización de muertos -explica en conversación telefónica Juan Alguacil, presidente de Aesprof- para que así nadie quede fuera, ya no solo del número o estadística, sino del reconocimiento de las autoridades y la sociedad”.
Alguacil admite que al sector le “enervó que se descontaran víctimas mortales por arte de birlibirloque” porque, subraya, “evidencia una falta de valores éticos y morales intolerables”.
“Cada fallecido merece respeto y dignidad”, agrega y cita el informe, que sentencia que “no podemos pasar impasibles por lo que creemos que se está realizando en la trazabilidad de los datos, ya que esos mismos no son números, son familias, proyectos, amistades, rotas y destruidas por esta terrible situación”. Alguacil sabe de lo que habla. Los profesionales de los distintos sectores funerarios, explica, “hemos tenido que explicar a la cara a los familiares que no podían asistir al funeral. Es fácil trabajar detrás de la pantalla de un ordenador, esto es duro y lo hemos hecho de la forma más humana, desde el respeto y el cariño”. “Si hemos cometido errores, pido perdón”, añade.
El presidente de Aesprof subraya que el objetivo del informe es que se conozca la verdad, “porque hemos vivido situaciones dantescas”, especialmente en las residencias de mayores. “El modelo ha fracasado. Ahora estamos en esto, en afrontar la pandemia porque la pandemia no ha acabado, pero -concluye- tiene que haber responsabilidades”.
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