“Hace falta pico y pala para hallar la ubicación del Templo de Melkart”

Publicado: 12/01/2022
Mediciones en 2020 descartan que en la zona donde se ubicaría el templo, con datos de 2015, existan restos
Diego Ruiz Mata, de 75 años, lleva desde los 17 excavando. Experto cultura fenicia, le chirrió, por su experiencia, la hipótesis del hallazgo por parte de investigadores de la Universidad de Sevilla y el Centro de Arqueología Subacuática (CAS) de un edificio de 150 metros de ancho por más de 300 metros de largo a unos tres o cinco metros de profundidad en la zona del Caño de Sancti Petri identificado como el mítico templo de Melkart.

“Jamás un templo de la antigüedad alcanzó esas dimensiones”, asegura en conversación telefónica. Compara estas cifras con el Vaticano, que ocupa una superficie de algo más de 190 metros o el Partenón, con apenas 90. “Trescientos metros es una barbaridad”, concluye.  Tampoco está de acuerdo con la ubicación propuesta. Para refutarlo acude a las fuentes clásicas. Teofrasto, por un lado, apunta a una “isla aplanada” donde se levantó el edificio. Las referencias de Estrabón, igualmente, le llevan a inclinarse por situarlo en el actual islote Sancti Petri. Esgrime, asimismo, el documento de 1731 que registra una bajamar extraordinaria que permitió la recuperación de elementos arqueológicos propios de una edificación de este tipo. “La nueva teoría -a la que etiqueta como “duda razonable”- no aporta ni un solo fragmento de cerámica”, remarca, y apela a la “prudencia” hasta que “la arqueología no ponga pico y pala”. Efectivamente, la Universidad de Sevilla y el CAS han llegado a la conclusión de que el Templo de Melkart se halla en el Caño de Sancti Petri por la información arrojada tras el análisis de los datos recabados por el Instituto Geográfico Nacional (ING) con tecnología Lidar.

“Si los descubridores del emplazamiento del templo hubieran consultado al Departamento de Geografía, a la Universidad de Cádiz, al CSIC o a los propios técnicos del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IPAH), si hubieran presentado una ponencia en un congreso -por ejemplo al de Tarteso que se celebró en Mérida un mes antes y donde no hablaron de tan importante hallazgo- o hubiesen publicado un artículo en alguna revista especializada -por ejemplo en Spal, la revista de arqueología que edita la propia Universidad de Sevilla- los especialistas habrían atajado de una vez el debate antes de plantearse porque todos vienen a coincidir en un factor clave: el Lidar no sirve en el agua”, advierte, por su parte, el cartógrafo que trabaja en la Junta de Andalucía Kiko Sánchez Díaz.

En cambio, explica, “los investigadores sevillanos convocaron directamente a la prensa, avalados además por una institución tan prestigiosa como el CAS de la Junta de Andalucía. Sin encomendarse a nadie, dijeron que en un mapa automático del Instituto Geográfico Nacional se veían unas formas y que debían corresponderse con la plataforma del templo. Pero entonces otros técnicos aplicaron la falsabilidad de Karl Popper, analizaron los mismos datos, que son públicos y gratuitos, para concluir que se trata simple y llanamente de un error del algoritmo de interpolación por falta de datos”.

El sistema láser del Lidar mandas pulsos de luz para medir el rebote en el terreno y dibuja un mapa automático. Si hay agua, el software da error, “generando un artefacto por falta de datos” que, además, en este caso, sitúa a 63 centímetros sobre el agua, no debajo y a 63 centímetros sobre el agua no hay nada”, puntualiza.

Sánchez Díaz hace referencia, asimismo, a nuevos datos, estos más recientes, con los que se pueden hacer las mismas comprobaciones. “La Red de Información Ambiental de la Junta de Andalucía hizo un vuelo altimétrico con láser aerotransportado en 2020 en la cuenca hidrográfica del Guadalete-Barbate y obtuvo nuevos datos de Lidar. En estos nuevos datos, las formas que aparecían en el año 2015 han desaparecido, la mayor parte de la zona está sin datos y donde hay información es tan errónea como que da en el agua cotas por encima de 1 metro sobre el nivel del mar. En síntesis, otra prueba de que el Lidar no sirve en el agua”, agrega.

“Si los investigadores no recurrieron a los procedimientos habituales para asegurarse que sus interpretaciones cuentan con un cierto respaldo de la comunidad científica, solo pudo deberse a las prisas políticas por apuntarse un tanto de tan alto contenido simbólico”, lamenta. En la línea expresada porRuiz Mata, Sánchez Díaz llama a “una mayor cautela, prudencia y fundamento” ante la información publicada. 

“La ciencia experimental es a menudo una tarea anónima, aburrida y repetitiva de obtención y comprobación de datos que sólo al final de un largo proceso de repetición y contraste se convierte en un descubrimiento, o tal vez en una hipótesis descartada y un tiempo perdido. En todo caso, como estableció Karl Popper, ningún hallazgo puede avalarse como verdadera ciencia si no es comprobable, para confirmarlo o refutarlo”, sostiene.

La Junta puntualiza

La delegada de Cultura y Patrimonio Histórico de la Delegación Provincial de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo, ha matizado que lo que se presentó como Templo de Melkart en Cádiz el pasado 15 de diciembre era “una hipótesis, y como tal hay que estudiarla”. Colombo ha aclarado que “nunca se dijo que era una verdad lo que allí se exponía”. En relación a las dudas surgidas en las últimas fechas y que cuestionan la veracidad del descubrimiento del ansiado Templo de Melkart, la delegada ha recalcado que “los datos que han salido ahora también son hipótesis, y como tal, habrá que, científicamente, ver si es verdad o no”.

Asimismo, Colombo ha asegurado que “la presentación se dio cuando los que lo habían hecho, que era la Universidad de Sevilla y el Centro de Arqueología Subacuática, creyeron que se debía dar, si era pronto o tarde lo decidieron ellos”.

Por último, la delegada de Cultura de la Junta en Cádiz ha subrayado que “las hipótesis, y así se explicó en ese momento, para poder convertirlas en realidades hay que estudiarlas, se va a estudiar, igual que se estaba estudiando la hipótesis que dice lo contrario, se están estudiando las dos”. 

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