Plaza del Pósito

Indiferentes y equidistantes

“Ni de derechas, ni de izquierdas, más bien apolíticos” así es como se posicionan los que se sitúan en la ambigüedad de la equidistancia. En la historia...

Publicado: 15/06/2020 ·
21:45
· Actualizado: 15/06/2020 · 21:45
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Autor

Santiago Donaire

Santiago Donaire es un histórico militante socialista de la provincia de Jaén comprometido con su tierra

Plaza del Pósito

La actualidad política y social narrada en este espacio desde la experiencia de un librepensador

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“Ni de derechas, ni de izquierdas, más bien apolíticos”  así es como se posicionan los que se sitúan en la ambigüedad de la equidistancia. En la historia van y vienen, hoy se encuentran al alza pues la intencionada y actual crispación los alimenta, tuvieron épocas de apogeo como la alcanzada en la dictadura; profundizan sus raíces en el desprestigio de la clase política, en la desconfianza hacia los políticos y los partidos, siempre alentados por quienes no creen en la democracia ni en las libertades. “Niño, tú no te metas en política, no te signifiques”, el desengaño en el sistema, alimenta esta masa de indiferentes que sacian sus menguadas ansias democráticas con poco, les basta con votar una vez cada 4 años, es la llamada Dictadura de la indiferencia.

Desprecio a los indiferentes, por no tomar partido y sobre todo por ser colaboradores necesarios para perpetuar la desigualdad y los privilegios de los de siempre. Intentan situarse entre los que creen en las libertades y los que quieren acabar con ellas, entre los que defienden la Sanidad Pública y los que quieren hacer negocio. Entre los que desean un Estado que propicie la Igualdad y los que defienden sus privilegios de casta. Se llaman neutrales y sitúan en el mismo plano a las víctimas y a sus verdugos, igual a Billy el Niño que a los demócratas que torturó, o a los machistas maltratadores y a sus maltratadas, son unos mezquinos.

Los que dicen carecer de ideología, no lo dudéis, al final son todos de derechas, su indiferencia es un freno para el progreso y por tanto el principal sustento del inmovilismo. Ocultan tras su ambigüedad una evidencia y es la cobardía, siempre en la posición más cómoda. Su lema es el contrarrevolucionario “Ahora no toca”. Al igual que en las relaciones personales nunca encuentran la hora de romper lo que no funciona, tampoco encuentran lugar para denunciar al corrupto próximo o de llamar a la policía porque tu vecino es un maltratador. Nunca es el momento para decir ¡basta ya!

Tuvieron que esperar a que muriera el dictador y que la presión de la calle fuera insostenible, para subirse en el carro de la democracia, por ellos nunca hubiera llegado la hora de las libertades. Que durante siglos la monarquía acumule una historia de latrocinio, una sucesión de monarcas corruptos y aliados de la oligarquía financiera y golpista, no es suficiente para que podamos debatir sobre la conveniencia o no, de que la jefatura del Estado se herede como si de un cortijo se tratara, no es la hora, para ellos nunca lo será.

Por esa resistencia al cambio y al progreso, es por la que siento desprecio por aquellos que no toman partido, por los indiferentes.

Salud.

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