Plaza del Pósito

Siete pecados para revisar

En esta Plaza del Pósito no somos muy dados a los temas religiosos, solo los tratamos cuando se pretende atentar contra la libertad de culto o imponernos...

Publicado: 18/02/2019 ·
23:26
· Actualizado: 18/02/2019 · 23:26
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Autor

Santiago Donaire

Santiago Donaire es un histórico militante socialista de la provincia de Jaén comprometido con su tierra

Plaza del Pósito

La actualidad política y social narrada en este espacio desde la experiencia de un librepensador

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En esta Plaza del Pósito no somos muy dados a los temas religiosos, solo los tratamos cuando se pretende atentar contra la libertad de culto o imponernos creencias. La ascendencia de la religión en las costumbres de un país es más que evidente. Así, seamos creyentes, ateos, o agnósticos, nuestros hábitos, aquí, están impregnados de la llamada moral judeocristiana y por afinar más, en mi generación, por el nacional catolicismo. 

Da mucho de sí esta materia desde el punto de vista teológico y filosófico, pero me voy a quedar con los conceptos llanos, populares, que nos inculcaron en la niñez. Y para ello intentaremos en 2.500 caracteres hacer una revisión actual de los Pecados Capitales sin olvidar que son normas de origen medieval, creadas como herramienta de poder y control para someter al pueblo. El posicionamiento lo hacemos después de cribar lo aprendido en la niñez y lo deducido de mayores. Pues años nos costó poder pecar y disfrutar con ello.

Compartimos el rechazo hacia la Soberbia, en sus diferentes formas como: Vanagloria, Fausto, Jactancia, Altanería, Ambición, Hipocresía, Presunción... Solo hay una variedad con la que no tengo el menor reparo en pecar: la Desobediencia, perseguida por su utilidad para luchar contra el sometimiento y, de eso, nada.

También renegamos de la Avaricia “amor desenfrenado por las riquezas” del que los políticos corruptos tendrían mucho que decir y más aún los que se declaran temerosos de Dios. Es una constante en nuestra cultura, la permisividad con los ladrones de guante blanco y la dureza contra los rateros. 

La Ira, “apetito desordenado de venganza”, es horrible. Pero tranquilos que ante las injusticias nos seguiremos revelando, aunque sea ordenadamente.

La Envidia, es mala cosa, “no solo desear las pertenencias de los demás, sino anhelar que las pierdan”. Los envidiosos no se cortan en mentir, usar la traición, la intriga, el oportunismo entre otras faltas. Hay una forma con la que debemos de estar a favor y es cuando se usa como motor de superación.

La Pereza, o “el cómo poder escapar de hacer lo que se debe”, el problema lo genera el concepto del deber. Es una herramienta para asumir la explotación sin queja y por tanto en muchos casos merece la pena incumplir.

La Gula, definida por orondos y sonrosados religiosos como el “uso inmoderado de los alimentos necesarios para la vida”. Todo un placer poder excederse.

La Lujuria, “sexo sin el fin de reproducción y perpetuación de la especie”, salvo excepciones hay consenso en contravenirla, todo lo que podamos, en pecar hasta el amanecer.

Normas viejas, en parte asumidas y en parte superadas, herramientas de poder bajo amenaza de fuego eterno, que se irán para no volver.

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