Plaza del Pósito

Una cara joven para vender renovación

En la Plaza del Pósito estamos espesos en estos días del veranillo del membrillo. Pues ni el bestial acoso al gobierno, ni la exclusión de Jaén...

Publicado: 08/10/2018 ·
22:39
· Actualizado: 08/10/2018 · 22:39
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Autor

Santiago Donaire

Santiago Donaire es un histórico militante socialista de la provincia de Jaén comprometido con su tierra

Plaza del Pósito

La actualidad política y social narrada en este espacio desde la experiencia de un librepensador

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En la Plaza del Pósito estamos espesos en estos días del  veranillo del membrillo. Pues ni el bestial acoso al gobierno, ni la exclusión de Jaén en el Programa de “Paisajes con sabor” de la Junta. Ni la propuesta del alcalde, de jardines verticales en un casco histórico, que tiene abandonado entre suciedad y desidia. Ninguno de ellos consigue hacernos centrar el debate.

Hay quien apunta: “Estáis mayores y os dispersáis” y lo dice influenciado por el dominio de los jóvenes en la escena política española. Hoy tenemos un póquer de líderes, donde el mayor es Pedro Sanchéz con poco más de 40 años y por debajo están  Iglesias, Rivera y Casado.  Así en un mundo de líderes jóvenes no es difícil que nos vean mayores, finiquitados, con unos pocos años más.

De los 28 países europeos, somos el segundo país con los políticos más jóvenes. Ya se hizo con Suarez, González, Aznar o Zapatero, siendo tendencia, trending topic, la juventud desde el inicio de la democracia hasta hoy. El problema no es la edad, y si lo es cuando se pretende vender una seudorenovación a base de caras jóvenes y todo ello para seguir haciendo lo mismo, o incluso regresar al pasado como con Casado.

No creáis que estoy en contra de los jóvenes en el poder, ni defiendo una gerontocracia. Solo pienso que lo importante no es la edad y si las ideas. A veces hay mucho viejuno detrás de una cara joven y también inútiles tras las arrugas. El liderazgo, la capacidad para propiciar el cambio, la renovación, no lo da la fecha de nacimiento. Más bien la capacidad de consensuar, integrar, la modernidad, la honestidad, la innovación, el compromiso con los principios para la transformación. En política, la generosidad para trabajar por los demás y no para uno. Ahí, no hay caducidad.

Si fuera solo en la política nos preocuparía menos, la mayoría de la población no queremos puestos de representación, pero la tendencia generada lo contamina todo y nos quiere hacer viejos en cualquier ámbito: Como en el trabajo donde con 54 te hacen un ERE o cuando banalizan nuestra opinión por ser mayores o hasta en el amor “tú eres ya muy mayor para sentir eso”.

Cuando de niños comíamos un bocadillo, los primeros bocados eran rápidos y apenas los degustabas, según ibas avanzando y veías que aquello se acababa, los bocados eran cada vez más pequeños y lo saboreabas profundamente. Pues tal que la vida cuando vas cumpliendo años. Esa percepción de lo finito, te permite saborear cada bocado que le pegas a la existencia  y lo haces intensamente, con los sentidos desplegados como nunca, cerca del cenit. Esos bocados no nos lo van a quitar.

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