Jair Bolsonaro, candidato de la derecha brasileña declaró hace unos días "No aceptaré un resultado diferente a mi elección”. Ufff! Te quedas helado y piensas que ello es fruto de un país con una democracia sin consolidar, pues no. Que aquí, también ocurre.
La derecha española no acepta haber sido desalojada del poder por la moción de censura que Pedro Sánchez ganó el pasado 1 de junio, con el apoyo de la mayoría parlamentaria a excepción de Ciudadanos y Partido Popular.
¿Creéis que realmente el problema de la tensión de los últimos días, es la comida de la ministra de Justicia con un comisario mafioso, al que el gobierno de Rajoy siempre protegió?: Nooo. ¿Creéis que el problema es la compra de una casa mediante una sociedad por el ministro Pedro Duque?: Nooo. ¿O lo es la tesis doctoral de Pedro Sánchez? Pues tampoco. ¿Entonces?
¿No será que el verdadero problema de esta derecha es que ven peligrar sus prebendas? Que no soportan las medidas ya tomadas y las que vienen, como recuperar la universalización de la Sanidad, subir el IRPF para las rentas más altas, lucha contra la violencia de género, derogación de la ley mordaza, ligar las pensiones con el IPC, anular el copago farmacéutico, potenciar la educación pública, acabar con el abuso de las eléctricas, dejar la RTVE en mano de los profesionales, que paguen más impuestos quienes más tienen...? Un conjunto de medidas para recuperar y desarrollar el Estado del bienestar y con ello la Igualdad. Me da que ese es su verdadero problema.
No están dispuestos a consentirlo. E intentan evitarlo desprestigiando al Gobierno y a sus aliados, mintiendo sin pudor, exigiéndoles una perfección beatífica, la que ellos no se aplican. El ventilador de la derecha política y su élite financiera a pleno rendimiento, convirtiendo la política en un lodazal. Es la técnica de la crispación, que ya antes utilizaron con tan buenos resultados.
Salieron todos a una, en sus medios de comunicación, tertulianos, redes sociales, “Prietas las filas, recias, marciales, nuestras escuadras...”. Les da igual el daño que puedan infligir, el caso es recuperar el poder, aunque fomenten con ello el escepticismo y la intransigencia, que son la puerta hacia el populismo y la extrema derecha. Esta campaña al menos nos ha permitido ver que no existen diferencias entre PP y Ciudadanos. Cuando llega la hora de la verdad, cierran filas para defender sus intereses, que son los mismos.
Pues esta vez va ser que no, pues los que creemos en la Igualdad y vivimos de nuestro trabajo, somos más.
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