Una cosa es ser anarquista y anticapitalista y otra bien distinta es estar metiendo la pata sistemáticamente. Ya está bien de los disparates, errores y ocurrencias de los concejales de cultura, por decir algo, del Ayuntamiento de Madrid. La concejal no sólo ha protagonizado la reciente contratación de un grupo de títeres que ha hecho apología del terrorismo ante decenas de niños, sino que ha llenado de polémicas la vida municipal madrileña e incluso la española. Su cátedra en Memoria Histórica les ha llevado a cometer errores monumentales en el cambio del nombre de las calles, confundiendo los personajes, o retirando placas de 8 carmelitas por haber sido las víctimas del horror ¡Joder, los fusilan y encima les quitan la placa!
Pero en política nada es por casualidad, ¿qué se pretende trasladar con estas actuaciones a un grupo de niños entre 3 y 6 años con unos títeres donde se ahorca a un juez, se viola a una monja, se apuñala a un policía y se ejercen actos de violencia con un crucifijo? ¿Por qué se quiere atacar la convivencia ciudadana y la vida democrática? ¿Qué tienen estos concejales de cultura de Ahora Madrid para estar mofándose continuamente de las víctimas de ETA y del terrorismo islámico de Al Qaeda que tantas vidas han destruido en la ciudad de Madrid? Y esto no es nuevo, ya que su predecesor en el cargo, un tal Zapata, que duró menos en el cargo que “un ochío en la puerta de un colegio”, se le hizo dimitir por burlarse de Irene Villa y del holocausto judío.
Eso sí, requetebién financiados con dinero público: más de 23.000 € para una casetilla con un tenderete de títeres, cuando un investigador joven del CSIC no gana ni la mitad en un año y trabaja todos los días en algo muy útil. Y no es ni de Políticas ni del pretendido mundo de la cultura flautista.
Y ya han salido algunos a defenderlos, incluida la insigne alcaldesa de Barcelona, ciudad amiga, con el rollo de la libertad de expresión. Bien, podría recomendarle a su ilustre compañera que los 23.000 euracos del tenderete los invierta en impedir desahucios. Lo injustificable e indecente no puede tener argumentos a favor, ni de lejos. El problema de explicar estas cosas es que es necesario rebajarse al nivel intelectual propio de los defensores de estos mamarrachos, y ahí sus tesis resultan imbatibles. Me enviaba un amigo un whatsApp hace unos días atribuido a Mahatma Gandhi que decía: “Si hay un idiota en el poder, es porque quienes lo eligieron están bien representados”. Y mientras, Iglesias disfrazado de James Bond con los titiriteros de los Goya.
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