Pienso, luego estorbo

Acento andaluz

El próximo día 15 será miércoles de ceniza, inicio de Cuaresma, tiempo de preparación para la llegada de la Pascua. Adelantándose unos días, el obispo y...

Publicidad Ai Publicidad Ai

El próximo día 15 será miércoles de ceniza, inicio de Cuaresma, tiempo de preparación para la llegada de la Pascua. Adelantándose unos días, el obispo y el presidente de la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Salamanca han manifestado que no quieren "acento andaluz" en las procesiones charras, que "suena incluso mal" y que aconsejan la austeridad propia del estilo castellano. Y es que el fenómeno de los capataces y costaleros ha crecido hasta tal punto que, en los últimos años, incluso en lugares donde la Semana Santa es mucho austera y sobria, se ha popularizado e importado la jerga sevillana y la manera de llevar los pasos de la capital andaluza. Las manifestaciones en Salamanca no son más que el reflejo de lo que muchos ya venimos advirtiendo con desagrado en nuestra Semana Santa de Jaén: se están perdiendo nuestras costumbres semanasanteras para copiar, miméticamente y con mucha fuerza, costumbres sevillanas ajenas a nuestra cultura y tradición. Cierto es que, como todo en esta vida, la Semana Santa también evoluciona. Sin embargo, se trata de una evolución que me está causando tristeza, molestia, e incluso desagrado. No entiendo que un jaenero, de la Alcantarilla, de San Felipe o de San Ildefonso, que el resto del año habla con normalidad, el día concreto en el que es capataz o costalero utilice una jerga y unas expresiones que nada tiene que ver con la ciudad en la que vive y, al no estar acostumbrados a esas expresiones, llegan a sonar mal, como dice el presidente salmantino. En Jaén, en Castilla, que un capataz o jefe de paso (como se les llama allí) se dirija a sus costaleros con un rajado acento andaluz y les pida que hagan una “levantá” con un "ar cielo con ella”" o que completen una chicotá con un "..venga miarma, vámonos tos por igual valientes, sois los mejores, al cielo con Él, a eeeesta es....", puede que no termine de encajar. Lo siento, pero yo no me acostumbro a este nuevo “espectáculo social”, ni a ver detrás del Cristo, a los fornidos costaleros suplentes con su costal preparado para entrar a las trabajaderas y llevar al Cristo de costero a costero cuando les toque hacer la próxima chicotá. No es mi intención, ni mucho menos, criticar la extraordinaria y única Semana Santa sevillana, que cuenta con un estilo y sello personal desde hace siglos, si no tratar de preservar, mantener y respetar la personalidad de la nuestra, que es incomparable.  ¿Por qué este deseo desmedido de copiar miméticamente? ¿Dónde quedó el recogimiento y la sencillez de nuestras procesiones de siempre? ¿Acaso es más importante el afán de protagonismo en la calle y el ostentar el “título” que el cumplir la estación de penitencia? ¿Hemos olvidado el sentido y significado de las procesiones? Todo este folclore y exhibicionismo no es necesario para dignificar la estación de penitencia de las extraordinarias Cofradías que existen en Jaén, las mejores. No obstante, me tranquiliza y reconforta, aunque solo sea de momento, ver a nuestra Centuria de Soldaos Romanos protegiéndonos de los Armaos por las calles de Jaén, aunque ya mismo estos vendrán y la sustituirán.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN