Estimado Sr. policía

Publicado: 06/07/2015
Asumo la responsabilidad por confianza en usted como ser con personalidad propia...
Asumo la responsabilidad por confianza en usted como ser con personalidad propia. Como deberían asumirla todos, usted también, señor policía. La ciudadanía en general les quiere para sentirse protegida de cuanto pueda suponer un trastorno, una rémora, una disminución de sus derechos ciudadanos. Y eso abarca a cualquier posible delito cometido por gente “amiga de lo ajeno”, sea del carácter que sea; a evitar molestias vecinales, a impedir la perturbación de cualquier otro derecho objetivo; es decir, sentirse protegidos de todo acto delictivo, venga de dónde venga, sea quien sea la persona o grupo que lo cometa en perjuicio de alguien o en detrimento de sus derechos.

Asumamos la Constitución como la primera Ley que todos debemos cumplir. Todos, los primeros quienes tienen alguna responsabilidad legal o representatividad de la autoridad, por la mayor sensibilidad que deben prestar a la legalidad y por lo sano de predicar con el ejemplo. Y, como la Constitución está por delante de cualquier otra Ley, estas no pueden ser contradictorias con aquella, por lo que es lícito y legal oponerse a desahucios, salvo que la Administración tuviera resuelto el problema de quienes puedan perder su vivienda. Merece castigo la conculcación de un derecho constitucional, no la necesidad de disponer de un techo bajo el que vivir. En todo caso será la criminalización de quien reclame un derecho, lo que queda fuera del derecho. Y deja fuera a cuantos se opongan a él.

Protestar contra un desahucio no merece castigo. Ni protestar contra el “socorro” a los bancos, con disminución en puestos de trabajo, en la enseñanza y en la comida, ó en la liquidez de las empresas, culpable del paro. Podrá ser terrorífico, pero no  terrorismo. Pedir mayor Justicia social y de la otra, no es terrorismo. Y mucho menos atenta contra usted, respetado señor; más bien al contrario, también es mirar por usted. Porque usted, como ciudadano, también se podría ver algún día perjudicado por esta ley que nos han impuesto a pesar de la Constitución. Cuando menos se piensa, un tropiezo inesperado –llámese enfermedad, gastos imprevistos o cualquier otro incidente- podría disminuir dramáticamente su capacidad económica. ¿Qué pensaría, si sus propios compañeros le obligaran a dejar su casa? Sería comprensible que sus compañeros se opusieran a ejecutar el desahucio. Pero, si así fuera, igual podrían oponerse a cualquier otro. Porque también es ciudadano, la protesta es a su favor, no contra usted.

Todos, todo el mundo está obligado a cumplir la Constitución antes que cualquier ley que la contradiga. Y en casos de abuso de fuerza o de poder, la pretendida “obediencia debida” no pasa de excusa, por lo que no excusa la responsabilidad personal. No se habla aquí de desobediencia. Pero sí se constata que sólo debe obedecerse lo que es justo. Nadie puede obligarle a cumplir normas ilegales o inmorales, por lo que son nulas las órdenes que repugnen a su moral. Como ser humano, le asiste la seguridad de la dignidad, entendiendo como primer deber cumplir la Constitución y la propia conciencia. Defender derechos es defender al ciudadano, entre quienes usted se encuentra.

© Copyright 2024 Andalucía Información