Nadie sabe dónde mirar. Ni a quién creer. Unos regalan el poder a otros. Y cuando estos acatan, no dejan que sus medidas se desarrollen. Otros piden sin ser escuchados. Pero nadie se atreve a dar de nuevo el paso. Nadie se atreve a decir hasta aquí hemos llegado. Y mientras tanto, las cifras siguen subiendo como la espuma. Porque alrededor de todo esto, lo único que se ha generado ha sido un circo donde todos nosotros hemos sido los espectadores. Lo peor no es eso, lo peor de todo esto es que esta situación ha hecho que muchas personas se relajen, que desconfíen de la existencia de este maldito virus, que se salten las medidas adoptadas en cada comunidad y que sigan reuniéndose, haciendo fiestas ilegales, no llevando la mascarilla o, ni siquiera, respetando a todas esas personas que sabemos que esta es una situación tremendamente complicada y que debemos cuidarnos porque si no, veremos a ver dónde vamos a acabar. Es la realidad que tenemos, la que nos ha tocado vivir y no es momento de hacer como si nada pasara, nos estamos perdiendo muchas cosas sí, pero creo que vale mucho más el poder seguir disfrutando de tus seres queridos a pesar de las distancias. Porque una vida vale mucho más que saltarse las normas. Sed conscientes, porque esto no es ningún juego.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es