Quizás nunca llegue a entender como en pleno siglo veintiuno las mujeres seguimos luchando por nuestros derechos. Como aún, cada 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. Me reitero año tras año en lo mismo, el día de la mujer son todos. Es una constante lucha diaria de la que es difícil salir ilesa. Cientos de mujeres cada año abandonan su alma en manos de ruines, miles ven que su libertad se coarta y otras tantas, no pueden seguir creciendo en el ámbito profesional por llevar la etiqueta de género femenino. Esto no se va a solucionar en un día, tampoco en dos. Tampoco se soluciona diciendo ‘yo soy feminista’ si a la vuelta de la esquina estás echando tierra sobre tu propio tejado. Sí. Las mujeres también tenemos culpa de esta situación que vivimos si reímos las gracias a las personas que lanzan comentarios sexistas, si pensamos que una mujer no puede desempeñar ciertos puestos de trabajo, si abucheamos a una mujer que está peleando por sus sueños. Aquí lo que cuentan son los hechos, los actos. Las palabras se esfuman con el viento. Palabras que a veces también hieren. Insultos, sobornos, comentarios machistas... abrid los ojos. Esta lucha es por ti, por mí, por nosotras, por las que por desgracia, no pueden seguir peleando. Grita fuerte, hazte escuchar y ve a luchar tus derechos. Nos lo merecemos.
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