Parando letras

Hakuna matata

Conforme va pasando el tiempo, vamos aprendiendo que de nada sirve correr, que cada cosa tiene un momento para acontecer, un lugar en el que ser

Publicidad AiPublicidad Ai

Conforme va pasando el tiempo, vamos aprendiendo que de nada sirve correr, que cada cosa tiene un momento para acontecer, un lugar en el que ser y una persona o personas con las que vivenciarlo. Conforme vamos creciendo, vamos descubriendo que el tiempo nos huye y nosotros huimos de nosotros mismos porque nos da miedo vernos reflejados, ver eso que verdaderamente somos y ver que no somos lo que deberíamos ser. Vamos aprendiendo a poner punto y final a historias que en algún momento no quisimos acabar. Aquellas historias en las que algún día fuimos y no supimos cerrarlas a tiempo. Y es por eso por lo que a día de hoy tenemos cicatrices. Cicatrices del pasado, heridas que nos hicieron por no sabernos marchar en su debido momento. Con el tiempo aprendemos que somos muchos pero que podemos contar con muy pocos. Que todo eso que da valor a nuestras vidas no es nada material, sino esas personas que nos hacen más ameno nuestro día a día. Y que esas personas las podemos contar con los dedos de las manos porque la conveniencia es un gran aliado en los días que vivimos y no todos los que buscan tu sombra para cobijarse desean estar verdaderamente de corazón. Con el tiempo se marchitan nuestros sueños, cerramos puertas que algún día abrimos con trabajo y nos damos por vencidos antes de matar todas nuestras oportunidades. Con el tiempo nos damos cuenta de que cambiar de año no va a cambiar nuestras vidas. Que tan solo cerramos un capítulo, más o menos bueno, pero un capítulo que no podremos borrar porque ha formado parte de nuestras vidas. Tú mismo serás el encargado de escribir este próximo, el capítulo 2018, y para hacerlo de buen modo te daré un consejo: Sé tú mismo. Vive y sé feliz.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN