“Dios bendiga a quien haya inventado el fútbol”, declaró tiempo atrás Paolo Rossi. El astro italiano, campeón del mundo con su selección en 1982, fue, con seis tantos, el máximo goleador de aquel inolvidable torneo y, ese mismo año, fue elegido Balón de Oro europeo.
Muchos de los amantes de este bello deporte, coincidirán con el aserto del jugador azurro -incluido quien esto escribe-, pues no cabe duda de que la lucha colectiva, el empeño común y la complicidad que nace de las derrotas y de las victorias, convierten el fútbol en un singular escenario de pasiones.
Con esa misma emoción y devoción por el deporte rey, nació la colección “Los Futbolísimos”, una serie ideada por Roberto Santiago e ilustrada por Enrique Lorenzo, y cuyo primer volumen, “El misterio de los árbitros”, vio la luz en la editorial SM en 2013. Al ya citado, le siguieron, “El misterio de los siete goles en propia puerta”, “El misterio del portero fantasma”, “El misterio del ojo de halcón” y “El misterio del robo imposible”.
Cada una de estas atractivas aventuras, está capitaneada por el equipo de fútbol Soto Alto, “que no es solo el equipo de fútbol del colegio. Es mucho más. Sus jugadores han hecho un pacto: nada ni nadie los separará nunca. Siempre jugarán juntos. Pase lo que pase”…
Ahora, con renovado ímpetu, llegan dos nuevas entregas: “El misterio del castillo embrujado” y “El misterio del penalti invisible”.Y en ambas, se confirma lo que tiempo atrás sentenciara Alfredo Di Stéfano: “Ningún jugador es tan bueno como todos juntos”.
Porque en el relato del misterioso castillo, los futbolísimos, tendrán que viajar a Escocia y enfrentarse a una serie de duras y enigmáticas pruebas, que sólo podrán resolver a través de su esfuerzo y tesón conjunto.
En el otro volumen, sucede que los puntos de penalti desaparecen del campo y no hay quien sepa ni pueda pintarlos de nuevo; entre tanto, los futbolísimos están perdiendo, quedan cuarenta y ocho segundos y tienen que marcar un gol. Ante tal situación, no queda sino cruzar los dedos y recordar loque David Beckham tuvo claro desde que dio sus primeras patadas al balón: “El fútbol es un juego mágico”.
Camuñas, Angustias, Marilyn, Tomeo, Toni, Helena, Pakete, Ocho, Anita y los entrenadores, Alicia y Felipe, forman un once ejemplar, con el que pasar momentos francamente divertidos.
La agilidad de la narración, la variedad de situaciones y escenarios en los que se mueven los protagonistas, y la familiaridad con la que están contadas estas amenas historias, suponen una atractiva suma de virtudes que harán disfrutar, y mucho, al lector.
En estos dos años, los futbolísimos llevan vendidos medio millón de ejemplares y se han colado, por tanto, en un sinfín de hogares, colegios, bibliotecas…, donde ya comparten y gozan de un público que los conoce muy bien. Además, el mensaje que subyace en relación al compromiso con los valores morales es también trascendental, pues aspectos como la solidaridad, la amistad, el respeto, la gratitud…, pueblan estas páginas y las hacen aún más veraces.
Una estupenda recomendación lectora, pues, para estas Navidades que ya se acercan y que deben llevar junto a la f de felicidad, fiesta, familia… la f de Futbolísimos.
