“Este libro desvela todo lo que usted siempre quiso saber del rock y nunca se atrevió a preguntar”, reza la contraportada de, “Más que famosos. Auge y caída de la fascinación por el rock”. (Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2015)
El citado volumen retrata la personalísima crónica que Silvia Grijalba ha trazado en torno a su íntima experiencia como crítica musical durante más de una década y se sumerge, a su vez, en el ámbito social y cultural de la agitada década de los 90. Todo ello, tamizado por el relato de quien pudo y supo vivir desde primera línea aquel vendaval de “seducción, pasión y atracción” que invoca el universo del rock.
“He estado en todos los puestos en los que se puede trabajar. He sido crítica, he ido de gira como músico, he sido manager, road manager, he dirigido una discográfica y he sido promotora”, confiesa la autora. Y desde tan privilegiada atalaya, nos brinda su análisis -más esclarecedor que nostálgico- de aquella fascinante atmósfera que descubrió a suscombativos 22 años. Su trabajo en el diario “El Mundo”, supuso una ventana al sol para dar salida a un sinfín de crónicas, entrevistas, opiniones…, que guardaban el sello de su gusto e instinto personales.
“Bowie: mi primera vez”, titula el capítulo que sirve de pórtico, y en él, relata con detalle su entrevista con el genial británico y el vértigo de sentirse y sentarse tan cerca de uno de sus héroes. Vivir durante tres días junto a Loquillo y los Trogloditas, comiendo, viajando y acompañándolos… todo el tiempo, fue otro de sus iniciales trabajos; y a él se refiere, en el segundo apartado del libro, con la emoción y el orgullo de quien ha sabido abrirse camino en un mundo tan complejo, y en cierta medida, tan machista como es el del rock.
Su posterior singladura a Berlín con el gran grupo de moda, Héroes del silencio, la relación de los managers con los compositores y con la prensa, “el gran timo del indie”, los instantes vividos junto a grupos y artistas de culto como DepecheMode, Bryan Ferry, John Cage, Leonard Cohen, la decadencia de la industria musical a causa de la megalomanía de algunos y los gastos innecesarios y desmesurados de otros…, van signando estas páginas que remiten, una y otra vez a la fascinación que Silvia Grijalba sentía por su trabajo y de cómo, desde su latente juventud, modeló una excelente aventura personal y periodística.
Mas todo aquello pasó, y la esencia deslumbrante que prendió la llama, se tornó ceniza y desapego: “Me hubiera encantado tener eternamente esa inocencia, esa capacidad de sentir mariposas en el estómago cuando el cantante dice “un, dos, tres, ya” (…) Me sentí abandonada, desahuciada de la ilusión. El desengaño tenía su fin. Podía hablar del rock como de un ex al que has adorado”.
Sin duda, que el lector, no se sentirá defraudado por este libro lleno de atractivas historias, de variopintos personajes y que cuenta y canta la valentía y sinceridad de una periodista y escritora ejemplar.
