En las dos últimas décadas, ha proliferado en España la publicación de métodos y guías de escritura y la convocatoria de talleres que ayuden -a iniciados y no iniciados- a enseñar a leer y analizar textos de forma crítica, además de contribuir al conocimiento y uso de las más variadas herramientas literarias.
En países como Estados Unidos, la asignatura de “Escritura Creativa” es una de las más atractivas de la amplia oferta de materias universitarias, y de sus ventajas aprendieron y gozaron escritores ilustres de aquel país. Hispanoamérica ha sido también influyente a la hora de dar vida a estas tentativas literarias, y valga recordar el taller de narrativa que en los años setenta impartía Augusto Monterroso en la Universidad de México o el que en los ochenta dirigiera en Santiago de Chile José Donoso.
La aparición de “Método fácil y rápido para ser poeta” (Pre-Textos. Valencia, 2011) de Jaime Jaramillo Escobar, nos acerca de nuevo la vigencia de este “género”. En tal volumen, se recrean las claves del Taller de Poesía que funciona desde 1985 en la Biblioteca Pública de Medellín (Colombia), a cargo del escritor Darío Jaramillo Agudelo. Se trata de cincuenta capítulos “en desorden lógico o riguroso desorden”, que resultarán de gran utilidad para los aficionados a la lectura y la escritura.
Una hilera de recomendaciones, observaciones, advertencias, consejos -no exentos, muchos de ellas, de fina ironía-, se agrupan en este catálogo, de donde pueden extraerse valiosas conclusiones. La humildad con la que hacer frente a la lírica, la necesidad de ser lector antes que escritor, el convencimiento de que este género no es un hobby sino un trabajo y una responsabilidad muy serios, el ser consciente de que redactar no es hacer literatura, la certidumbre de abordar esta tarea con paciencia y rigor…, son, entre otras, las claves principales que va desgranando el autor colombiano en este singular método.
Cada uno de sus apartados, viene aderezado con una amplia muestra de citas de muy diversos y reconocidos escritores, que ilustran y reafirman los temas que van tratándose: “Dignidad del poeta”, “La soledad del poeta”, “El propósito literario” “El poeta como pensador”, “Por qué es importante conocer métrica y rima”, “El poeta y su infancia”, “Crítica y Autocrítica”, “Método para autoevaluaciòn de un poema”, “El arte de titular”, rezan algunos de los epígrafes que enriquecerán la curiosidad del lector.
Como lúcido botón de muestra, dejo dos ejemplos de las sugerencias que Jaime Jaramillo Escobar propone de forma cómplice: “Entre todos los poetas, los que escriben con claridad tienen la primera opción de ser entendidos y gustados. Los que escriben enredados, tengan la bondad de sentarse y esperar. Dentro de veinte años, sin duda, los leerán”; “La poesía sin contenido es pompa de jabón. Sólo los que tienen miedo de una poesía contundente albergan motivos para defender una poesía blanda y fofa”.
En la contraportada del libro, se anuncia que próximamente verá la luz el segundo tomo de esta obra. De momento, quedémonos con tan sabias admoniciones y con una bella sentencia que aquí se recoge del poeta mexicano Octavio Paz: “La poesía es inexplicable; no ininteligible”.