Memoria de nuestros clásicos

Publicado: 30/03/2011
Volver a los clásicos es una de las experiencias más recomendables que todo lector puede abordar. Y no porque la obra de éstos encierren sentencias, prescripciones o mandamientos a seguir, sino porque del fulgor de sus variadísimos textos se desprenden tácitas enseñanzas para nuestro presente y nuestro futuro. Así que, alejados de cualquier dogma que no sea el de emocionar estética y culturalmente, el recuerdo de nuestros grandes autores debe avivarse con celo y empeño diarios.


Y desde esta perspectiva, ve la luz “Memoria de nuestros clásicos” (Ediciones Vitruvio. Madrid, 2010) de José López Martínez.

Este manchego, nacido en Tomelloso en 1931, -y residente en Madrid desde 1955- lleva muchísimos años desarrollando una intensa labor como periodista, ensayista, conferenciante y crítico literario. Además de sus numerosas colaboraciones nacionales e internacionales en distintos medios, es vicepresidente segundo de la Asociación de Corresponsales de Prensa Iberoamericana y Director General de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, y ha editado más de una veintena de libros. -Gran parte de ellos centrados en el estudio de las tierras castellanas-.

Este que ahora me ocupa, es un sugeridor compendio de escritores, poetas, dramaturgos…, literatos, en suma, que han contribuido con su notabilísimo quehacer a dar brillo a las letras españolas de los últimos siglos. Y así, esta “acordanza” arranca en con el genio de Cervantes y “su vida heroica”, y se cierra con el recuerdo de Miguel Mihura, que nos supo acercar como nadie “a la realidad de la imaginación y del libre albedrío”. Entre medias, José López Martínez, nos introduce con sabia pluma en el universo humano y creador del resto de autores, todos ellos de esencial y necesaria remembranza.

Tal es el caso de Gracián, en quien “la agudeza y el ingenio resultan más eficientes que el juicio y la razón”. Y el de Gaspar Melchor de Jovellanos, protagonista imprescindible “por su claridad de visión, de amplitud de conocimientos, su honestidad, su elocuencia…”. También tienen su merecido espacio “Las vivencias de Zorilla en América”, los devaneos políticos y literarios de Pascual Madoz y Patricio de la Escosura, las duras vicisitudes a las que se vio abocado Julio Nombela -“metido de lleno en el infierno de las adversidades, en los tremendos vaivenes de la soledad”-, esa “amalgama de Cervantes y Quevedo”, que fue D.Ramón del Valle-Inclán y la “bohemia madrileña de Pío Baroja”.
El ámbito de la crítica literaria en Luis Cernuda, el inexplicable olvido al que se ha visto sometido Pedro Garfias, y la summa de saberes que se aglutinaba en Eugenio D´ors, completan este volumen pleno de rigor documental.

Tras tan grata lectura, han venido a mi mente unos versos del propio José López Martínez, que definen bien su espíritu y su amor por las letras. Y los escenarios que conforman su pasión vital y literaria: “Hoy he vuelto a caminar/ por los paisajes de mi vida;/ duro campo poblado de cardenchas/ que reflejan mi propia biografía (…) He salido a caminar en busca/ de mis añoranzas y mis rebeldías/ y todo anda revuelto por mi sangre/ como ocurre al comienzo de la vida”.

© Copyright 2025 Andalucía Información