Tras varios años sin dar a la luz ningún nuevo título, la Biblioteca de Escritoras de la Editorial Castalia renace con un atractivo volumen, “El poder del cuerpo. Antología de Poesía Femenina Contemporánea” (Madrid, 2009).
Además de servir como espléndido ejemplo del actual panorama de la poesía española escrita por mujeres, esta compilación quiere ser un valioso muestrario de “todo lo que nuestro cuerpo experimenta, lo que se impone, lo que calla”, tal y como afirma Nieves Baranda Leturio, directora de la colección, en su prefacio. Porque este libro, continua, “nos habla de la totalidad. Pero no lo hace desde el saber erudito, sino desde la fibra más íntima, desde la experiencia particular que existe en la conciencia callada”.
En este recorrido que alientan las voces de muy diversas poetisas, caben la dicha, la ventura, el dolor, la pérdida, el coraje, la emoción, la rebeldía, la soledad, la esperanza, el amor…, temática toda ella, dispuesta y dividida en siete apartados donde el cuerpo es objeto de mayor protagonismo. Así, se suceden estas secciones que responden a otros tantos epígrafes: “La resistencia de los cuerpos”, “Materialidades corporales”, “Vestidos del cuerpo”, “Autorretratos”, "Batallas de amor”, “El cronotopos del cuerpo” y "La escritura del cuerpo”.
Meri Torres, que ha estado al frente de la edición, no ha pretendido hacer de este florilegio “historiografía literaria”, sino un amplio mapa del hoy lírico y femenino, que arranca en 1995 y llega a nuestros días, y en el que se recogen voces de muy distintos puntos de la geografía nacional. Todos los poemas reunidos -afirma la propia Meri Torres- comparten el hecho de “tener presente el cuerpo como un motor de significación del texto poético y de la realidad -verdad- que constituye.”
Envueltos, pues, en la delicada armadura de cada corazón, van desfilando aquí y ahora los perfiles y los versos de tantas féminas que derraman su talento, su compromiso y su tesón en la noble lid poética. Y la esencia de sus cánticos va conformando una sustancia elástica, desplegable, que abraza un tiempo y un espacio repletos de figuras, paisajes y escenarios -del ayer y del mañana- en los que otros y otras querrán reconocerse.
Son muchos los ejemplos que se agolpan tras la recomendable lectura de este florilegio, pero por razones de espacio me quedo tan solo con dos. En su poema “Caduceo de Hermes”, Ana Sofía Pérez Bustamante anota: “Y, sí, me quedaría, cuerpo sabio,/ no importa con qué excusa,/ aquí, por siempre aquí,/ en este suave mimo,/ entornados los ojos, deshaciéndome/ despacio, muy despacio,/ en la felicidad del mundo de las cosas”. Por su parte, en “Más razones para la escritura”, Josefa Parra, dice: “Qué inmensa la tristeza de un cuerpo que has amado,/ qué abandono tan cruel su peso entre las sábanas/ señalando inequívoco, las ausencias futuras (…) No es suficiente que hayas amado mucho y hasta el fondo./ Antes de que la luz se apague, escribe./ Escribe, escribe, simplemente escribe”.
Verso y cuerpo femeninos, evocadores, trascendentes, que devuelven a la actualidad una Biblioteca de Escritoras tan oportuna como necesaria.