Una tradición exportada

Cuanto ustedes estén leyendo estas líneas, pocas horas antes la Cofradía de los Estudiantes habrá concluído  su estación de penitencia en un año en el que su recorrido habrá concluído subiendo por Almendros Alguilar. Pero horas antes, tras tres panderetazos de un servidor de ustedes, las voces de “Pepino”,”Seguidillas”,”Insulino”, “Gordo” y “Listillo” habrán roto el silencio de la Plaza de la Merced tras cantar “Virgen de amor”, “Flor marchita” (del jiennense Nicolás Colodro) y  “Jaenera salerosa” viviéndose uno de los momentos más llamativos y a la vez particulares de la Semana Santa de Jaén como es la salida de la Virgen de las Lágrimas el Lunes Santo.


De aquella primera vez en que los tunos de Jaén cantaron a la Virgen han pasado más de treinta años y ello, ha pasado de ser un hecho insólito y casi propio de nuestra semana de pasión a convertirse en un tradición exportada pues sorprende saber,  y más aún, conocer que en cada vez más ciudades hay tunas que cantan a imágenes en procesiones.


Sucede en Almería con la Universitaria. Ocurre en Granada con su  Tuna del Distrito. En Alicante sin ir más lejos los miembros de la Tuna de Derecho directamente portan sobre sus hombros a una Virgen en el segundo turno de una procesión en la que precisamente estudiantes de Derecho les preceden, convirtiendo la imagen en algo verdaderamente llamativo...y en Oviedo, nuestros amigos de una Tuna de tanta solera como es la Universitaria hacen    lo propio desde hace muy poquitos años tras haber conocido de primera mano con nosotros, nuestra tradición, quedando realmente sorprendidos.
Precisamente, dicho sea de paso, la relación que une a la Cofradía de los Estudiantes con la Tuna Universitaria cada año va a más y no sólo queda en el momento en que la Tuna canta en la Merced cada Lunes Santo. En las capas de casi todos nosotros luce una cinta con el escudo de la Cofradía y una sola palabra “Estudiantes”.


Nuestra bandera, ondea al viento con el escudo de Jaén sobre un fondo verde olivo (ciertamente parecidada la bandera inventada por la Diputación como ya advertí recientemente) mientras que por su otra cara el escudo de la Cofradía se hace presente allí donde la Tuna de Jaén ha llevado su cantar. Y aún, todavía, algunos viejos tunos  siguen manteniendo la vieja tradición de subir a la Merced con el fajín que la Cofradía les regaló hace casi treinta años.


A ellos, mi reconocimiento. A Diego Figueroa Hortelano, mi perpetuo recuerdo y homenaje, de este, su sobrino.

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