La directora del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), Andrea Ammon, rechazó este martes la posibilidad de utilizar el pasaporte de vacunación para impulsar los viajes en la Unión Europea (UE), porque se puede discriminar a quienes no se han vacunado y por la falta de evidencias científicas sobre cómo transmiten el virus los que sí lo han hecho.
"Crear ciertas libertades en conexión con (la vacunación) supone un trato desigual", dijo Amon ante la propuesta del pasaporte sanitario que presentará mañana la Comisión Europea (CE).
También expresó sus dudas por el hecho de que "no sabemos" cuánto tiempo durará la protección de la vacuna y porque, aunque "tenemos indicaciones de que alguien que se ha vacunado, si se vuelve a infectar, transmite el virus con menor carga viral (...), no sabemos hasta qué punto" es así.
Bruselas quiere que el pasaporte de vacunación contenga información sobre si alguien se ha vacunado y con qué tipo de vacuna; si tiene anticuerpos porque ha superado la enfermedad o si, en caso de que no se haya podido inocular el fármaco, tiene una prueba PCR negativa.
De esta forma, la CE pretende impulsar los viajes y el sector turístico, como piden especialmente los países del sur de la UE.
La directora del ECDC celebra, sin embargo, que el documento contenga esta información, pero no que se use como un "ticket libre" para poder viajar por la zona Schengen y cuestiona también la posibilidad de que el pasaporte sanitario pueda contribuir al rastreo de las personas infectadas con coronavirus.
La iniciativa, anunciada por el Ejecutivo comunitario el 1 de marzo tras ganar respaldo entre los Veintisiete en una cumbre a finales de febrero, es considerada fundamental por muchos países para la reapertura del turismo el próximo verano.
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