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Condenado a cuatro años por los ruidos de un ?after?

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La Audiencia de Barcelona ha condenado a cuatro años y un día de prisión a Gabriel Alejandro Fernández, el propietario del bar 242 de la calle Entença de Barcelona, por los ruidos procedentes de su local, que estuvo funcionando ilegalmente como after durante seis meses.

 

 La sección octava de la Audiencia condena al procesado por un delito contra el medio ambiente, pero le absuelve de los nueve delitos de lesiones de que le acusaba la fiscalía por los daños que causó en la salud de sus vecinos.

 

Además, le condena a pagar una multa de 15.000 euros y a indemnizar con 5.000 a cada uno de los nueve vecinos a los que afectaron los ruidos, entre los que hay cinco menores, por las “molestias” que les provocó la música procedente del local.

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