Catorce trabajadores tunecinos fueron liberados hoy tras ser secuestrados el pasado jueves en la ciudad de Zawiya, a 40 kilómetros de Trípoli, por un grupo armado como represalia por la detención de un ciudadano libio en Túnez, informó hoy a Efe la Dirección de Seguridad de esta ciudad.
"Hemos logrado su liberación y estamos en contacto con las autoridades competentes para garantizar el regreso junto a sus familias", informó la fuente.
Los empleados, en su mayoría originarios de Sfax, a 270 kilómetros de la capital, fueron secuestrados cuando se encontraban de camino a su puesto de trabajo en una refinería de petróleo.
El Ministerio tunecino de Relaciones Exteriores aseguró estar en contacto con su homólogo para garantizar la seguridad de los detenidos y acelerar su liberación.
El Instituto Árabe de Derechos Humanos en Túnez denunció ante la prensa local que se trata de un "chantaje" por parte de los familiares del detenido para forzar su puesta en libertad tras ser sentenciado a veinte años de cárcel por tráfico de drogas.
Se trata de la toma de rehenes más importante desde que en 2015 se produjera un incidente similar cuando una decena de trabajadores del consulado de Túnez en Libia fueron secuestrados por un milicia de Trípoli como protesta contra el arresto de su líder, acusado por su implicación en actos terroristas.
Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la comunidad internacional contribuyera a la victoria militar de las diferentes facciones rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
En la actualidad tiene dos focos de poder, uno liderado por el Hafter en el este del país y otro restringido a Trípoli que dirige Al Serraj y al que sostienen la ONU y la Unión Europea.
A ellos se suman cientos de milicias locales, grupos yihadistas de diferente ideología y numerosas redes de contrabando de personas, combustible, armas e incluso alimentos, que definen y controlan la economía del país.
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