La Ertzaintza detuvo la noche del domingo a cuatro personas tras disolver un pasacalles prohibido el pasado jueves por la Audiencia Nacional. En los disturbios ocasionados, nueve agentes resultaron con contusiones y fue necesaria la intervención de los bomberos para apagar unos contenedores incendiados.
Los cuatro detenidos han sido puestos ya en libertad acusados de los delitos de enaltecimiento del terrorismo, quebrantamiento de orden judicial y desórdenes públicos, y con la obligación de acudir ante el juez cuando sean requeridos.
En una nota hecha pública ayer, Gorroño indica que tras la prohibición de este acto y del pregón previsto para el viernes –que también fue prohibido y que el Consistorio decidió por ello suspender– se hizo desde el Ayuntamiento “un llamamiento a la responsabilidad de todas las partes para que las fiestas transcurrieran de forma normalizada”, algo que según lamenta, “algunos han hecho caso omiso”.
Además y respecto a la actuación de la Ertzaintza, el alcalde considera “un exceso el hecho de que entren de esa manera en un recinto festivo lleno de personas de todas las edades, que estaban tranquilamente celebrando las fiestas”.
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