La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció hoy que su director general decidió anular la designación del presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, como embajador de Buena Voluntad de esta institución.
«He escuchado cuidadosamente a todos aquellos que han expresado preocupación y escuchado los distintos puntos que han puesto de relieve », dijo en una declaración por escrito el máximo responsable de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Esa designación, anunciada en la Conferencia Mundial sobre enfermedades no transmisibles, que acaba de celebrarse en Uruguay, había levantado una ola de críticas a nivel internacional.
Mugabe fue nombrado embajador de Buena Voluntad para las enfermedades no transmisibles en Africa, con el fin de influir en sus pares en la región para dar prioridad a ese grupo de enfermedades, dijo Tedros al anunciar el pasado día 18 el nuevo cargo del presidente de Zimbabue.
Sin embargo, las críticas a esa decisión llegaron rápidamente, tanto de gobiernos -como el de Reino Unido y de Canadá- que son donantes clave para los programas de la organización, así como de entidades no gubernamentales que trabajan en el área de los Derechos Humanos y de la salud.
Cuatro días después, Tedros ha tenido que dar marcha atrás: "He consultado con el Gobierno de Zimbabue y he llegado a la conclusión de que esta decisión (de anular el nombramiento) es en el mejor interés de la OMS".
"Gracias a todos los que hicieron oír sus voces y compartieron sus pensamientos. Yo confío en el debate constructivo para ayudar e informar sobre el trabajo para el que fui electo", indicó Tedros en su declaración.
El director general de la organización sostuvo que su objetivo es crear un movimiento global en favor de la salud y que este "debe funcionar para todos e incluir a todos".
En esa línea, defendió su idea de construir un liderazgo político para crear "unidad en torno a la necesidad de llevar salud a todos", para lo cual mantiene su compromiso de "trabajar con todos los países y sus líderes".
Sin justificar directamente porqué eligió a Mugabe -quien desde hace 37 años dirige Zimbabue, un país donde las libertades políticas están restringidas y se ha denunciado la manipulación de los escrutinios presidenciales-, Tedros sostuvo que todos "debemos construir puentes que nos unan y que nos ayuden a llegar a la meta de la cobertura universal de salud".
Distintas ONG, como Human Right Watch, reaccionaron señalando que "la corrupción de Mugabe ha diezmado el sistema de salud de Zimbabue", al extremo de que este "viaja al exterior cada vez que necesita recibir un tratamiento".
Asimismo, acusan al Gobierno de Mugabe de violaciones de los derechos a la alimentación, de reunión, de expresión, así como de reprimir a la oposición y cualquier forma de activismo político que no le favorezca.
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