El ministro chino de Exteriores, Wang Yi, advirtió hoy de que quien provoque una guerra en la península coreana "deberá asumir sus responsabilidades históricas y pagar el precio".
"Si hay una guerra, el resultado será una situación en la que todos pierdan y nadie resultará ganador", aseguró Wang en una rueda de prensa conjunta con el ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault.
Dado el aumento de la tensión en la zona y ante un posible ensayo nuclear en Corea del Norte, el ministro chino urgió a todas la partes a retomar el diálogo y a "no dejar que las cosas evolucionen hasta un punto irreversible e incontrolable".
Pekín pidió hoy contención mientras Pyongyang ultima los detalles para las celebraciones del aniversario del nacimiento del fundador del país este fin de semana, cuando se teme que pueda llevar a cabo una prueba nuclear, mientras un potente grupo naval estadounidense navega por aguas próximas.
"China se opone siempre con firmeza a todo gesto susceptible de aumentar la tensión", recalcó Wang, quien señaló que en esta crisis "el ganador no será el que realice afirmaciones más duras ni exhiba más músculo".
El ministro chino recordó un dicho de su país acerca de que "las oportunidades están siempre en las crisis", por lo que este agravamiento de la tensión devuelve a la actualidad la propuesta china de que todas las partes suspendan sus ensayos, maniobras y actividades militares como paso previo para retomar el diálogo.
"Esta es la oportunidad que debemos buscar y aprovechar", subrayó Wang Yi, quien recalcó que Pekín está dispuesto a "escuchar cualquier propuesta útil".
Posteriormente, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Geng Shuang, consideró que si Pyongyang lleva a cabo una prueba nuclear "sería peligroso e irresponsable".
Wang y Ayrault comparecieron juntos ante la prensa tras una reunión en la que ambos discutieron asuntos bilaterales y las principales crisis internacionales, como la situación en la península coreana o el empeoramiento de la guerra civil en Siria.
El ministro francés señaló que habían tratado "la amenaza creciente del programa militar de Corea del Norte" y manifestó que "China y Francia están decididas a conseguir la desnuclearización de la península coreana".
"La comunidad internacional es unánime: ha llegado el momento de que Pyongyang cumpla sus propios compromisos", recalcó Ayrault.
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