El Ejército sirio proclamó hoy Alepo ciudad libre de "terroristas" tras la salida de las últimas personas de la zona sitiada del este de la urbe, mientras que los habitantes del oeste celebraron con disparos al aire la "reunificación" de la localidad.
La Comandancia Suprema de las Fuerzas Armadas Sirias declaró "el regreso de la seguridad a la localidad de Alepo tras liberarla del terrorismo y de los terroristas", en un comunicado publicado en medios de comunicación oficiales.
El Ejército consideró que esta victoria "marca un cambio estratégico y un punto crucial en la guerra contra el terrorismo", además de suponer un golpe al proyecto de los "terroristas" y sus aliados.
Afirmó, además, que este logro "será un fuerte incentivo para continuar con el cumplimiento de las misiones nacionales de acabar con el terrorismo y restablecer la seguridad y la estabilidad en todo el territorio nacional".
Asimismo, las Fuerzas Armadas instaron a todo aquel que lleve armas a que "aprenda la lección" y las abandone, porque, advirtieron, la lucha contra el terrorismo seguirá hasta "la liberación del último palmo del territorio".
El Ejército hizo este anuncio poco después de que la televisión oficial informara de que los últimos cuatro autobuses con evacuados de los distritos sitiados del este de Alepo habían abandonado la zona cercada y habían cruzado al barrio de Al Ramusa, bajo el control de las autoridades.
La cadena precisó que esos vehículos no podrán salir de Al Ramusa para continuar su camino hacia partes dominadas por los opositores en el oeste de la provincia hasta que varios autobuses procedentes de los pueblos de mayoría chií de Fua y Kefraya alcancen el área de Al Rashidín, a 5 kilómetros de Alepo.
Entretanto, en el oeste de Alepo, los disparos al aire y el ruido de las bocinas de coches inundaron las calles para celebrar la "reunificación" de la ciudad, como la describieron los habitantes de los barrios occidentales, según pudo constatar Efe.
Los tiros al aire en zonas residenciales comenzaron tras la salida de la última tanda de rebeldes del este.
Una fuente castrense en Alepo dijo a Efe que la fase final de la salida de los insurgentes y sus familias de la localidad se había completado después de que los últimos cuatro autobuses con evacuados abandonaran la población.
El proceso de evacuación comenzó el jueves pasado y ha sufrido varias interrupciones.
Según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que ha facilitado la evacuación, al menos 34.000 personas han salido de los distritos sitiados de Alepo desde el pasado 15 de diciembre.
La ONU reveló hoy que calcula que entre 35.000 y 40.000 personas han abandonado el asedio de Alepo, en dirección a zonas rurales de la provincia homónima y a la vecina región de Idleb, controlada casi totalmente por los insurgentes.
Antes del anuncio del Ejército nacional, el presidente sirio, Bachar al Asad, brindó el triunfo en Alepo a sus aliados, Rusia e Irán.
El mandatario atribuyó la victoria no solo a las fuerzas armadas sirias, sino también a sus dos principales valedores internacionales, durante una reunión en Damasco con el asistente del Ministerio iraní de Exteriores para los Asuntos Árabes y Africanos, Yaberi Ansari.
La agencia de noticias oficial siria, SANA, indicó que Al Asad subrayó durante el encuentro que el éxito de sus fuerzas en Alepo supone también un "revés para todos los Estados que son hostiles al pueblo sirio y que han empleado el terrorismo como medio para lograr sus intereses".
Por su parte, Ansari hizo hincapié en las relaciones estratégicas bilaterales que han contribuido a fortalecer Siria e Irán, y al resto de países de la región, frente a "conspiraciones extranjeras" e insistió en la voluntad iraní de consolidar aún más los lazos con Siria y de proseguir su apoyo a la lucha contra el terrorismo.
Alepo, la mayor urbe del norte de Siria, fue objetivo de una ofensiva de los rebeldes en julio de 2012 y de otras posteriores que les permitieron hacerse con la mitad oriental.
Durante estos más de cuatro años, la población ha estado dividida hasta que el pasado 15 de noviembre el ejército sirio y sus aliados iniciaron una operación en la que arrebataron a sus oponentes varios barrios orientales hasta dejarlos arrinconados.
Ante las derrotas sufridas, los rebeldes se vieron obligados a aceptar su salida de la ciudad, así como la de los civiles que lo desearan tras un acuerdo entre las partes, que ha permitido la evacuación iniciada el jueves.