El presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó hoy que la historia "registrará y juzgará el inmenso impacto" de la "singular figura" que fue el fallecido líder cubano Fidel Castro, en su primera reacción a su muerte.
En un comunicado divulgado por la Casa Blanca, Obama quiso extender "una mano de amistad al pueblo cubano" tras la muerte de Castro, quien falleció anoche a los 90 años.
Obama reconoció que la muerte de Castro es, para los cubanos de la isla y de EEUU, un momento de "emociones poderosas", de recordar "las innumerables formas" que en el líder de la revolución "alteró el curso de vidas individuales, familias y de la nación cubana".
"La historia registrará y juzgará el inmenso impacto de esta singular figura en las personas y el mundo a su alrededor", enfatizó el mandatario estadounidense.
Según Obama, la relación entre EEUU y Cuba estuvo marcada durante casi décadas por "profundos desacuerdos políticos", pero durante su presidencia se ha "trabajado duro para dejar atrás el pasado" con el proceso de normalización bilateral y la restauración de las relaciones diplomáticas.
El objetivo de esa normalización es perseguir "un futuro en el que la relación entre nuestros dos países se define no por nuestras diferencias, sino por las muchas cosas que compartimos como vecinos y amigos - vínculos de familia, cultura, comercio y una humanidad común", resumió Obama.
Dentro de ese "compromiso", Obama destacó las contribuciones de los cubanoestadounidenses, que "han hecho tanto" por EEUU y "se preocupan profundamente por sus seres queridos en Cuba".
Al ofrecer sus condolencias a la familia de Fidel Castro y al pueblo cubano, Obama señaló que en los próximos días todos ellos "recordarán el pasado y también mirarán hacia el futuro".
Mientras mira hacia ese futuro, "el pueblo cubano debe saber" que Estados Unidos es "su amigo y socio", concluyó.
En marzo pasado, Obama se convirtió en el primer presidente estadounidense en ejercicio en visitar Cuba en 88 años y durante su estancia en la isla se reunió con el presidente Raúl Castro, pero no con Fidel.
En octubre Obama emitió una directiva para tratar de sellar su política de apertura hacia Cuba y hacerla "irreversible", aunque su sucesor en la Casa Blanca a partir de enero, el republicano Donald Trump, prometió en la campaña dar marcha atrás en el acercamiento si no hay avances en los derechos y libertades en la isla.