El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, propondrá ampliar el periodo de transición durante el que los excomisarios no pueden aceptar empleos relacionados con su cartera tras el escándalo por el fichaje del expresidente José Manuel Durao Barroso en Goldman Sachs.
Juncker pedirá al colegio de comisarios extender el periodo de espera de los dieciocho meses actuales a tres años para los expresidentes y estudiará la posibilidad de ampliarlo a dos años para el resto de comisarios, según ha dicho en una entrevista con el diario belga Le Soir publicada hoy.
"El presidente tiene el derecho de vigilar todas las actividades de la Comisión y ostenta por tanto una posición diferente a la de los otros comisarios", ha señalado el político luxemburgués.
En cuanto a estos últimos, Juncker ha dicho que "se verá si hace falta prolongar el periodo a veinticuatro meses".
Para que esta modificación sea aprobada tiene que recibir el visto bueno del propio colegio de comisarios.
Si no dan su luz verde, Juncker ha asegurado que se comprometerá públicamente a no aceptar ningún empleo en banco o empresa alguna durante tres años, "aun cuando no pienso hacerlo tampoco más tarde", ha puntualizado al diario belga.
El comité de ética de la Comisión Europea publicó el lunes pasado su opinión sobre el nombramiento de Barroso como director no ejecutivo de Goldman Sachs, en la que dictaminó que el expresidente no faltó a sus deberes de integridad y discreción al fichar por el banco y subrayó que el político luso respetó los plazos fijados por las normas comunitarias al incorporarse veinte meses después de dejar la presidencia.
Juncker había remitido el caso a este organismo dos meses después de conocerse la contratación y a instancias de la Defensora del Pueblo de la Unión Europea, quien pidió además que se revisase el código de conducta por la ola de críticas generada por el nombramiento y al apreciar un riesgo para la reputación de la Unión.
El presidente ha recordado que su deber es juzgar el comportamiento de Barroso "conforme al derecho" y ha reconocido que "quizá" esperó demasiado tiempo para decir lo que pensaba moralmente del mismo, al tiempo que ha reiterado que "él no lo habría hecho" (fichar por Goldman Sachs).
Juncker ha sido muy criticado por su reacción ante los recientes escándalos que han salpicado a la Comisión, como la revelación de que la excomisaria Neelie Kroes olvidó informar al Ejecutivo comunitario de que aparecía como directiva de una empresa en el paraíso fiscal de Bahamas mientras ocupaba el cargo y los comentarios poco respetuosos del actual comisario de Economía Digital, Günther Oettinger.
Sobre este último, Juncker ha señalado que "un comisario no puede sostener tales propósitos", si bien ha considerado que las palabras de Oettinger "no reflejan su forma de pensar".
El comisario alemán se disculpó este jueves, después de que se lo pidiese expresamente el jefe del Ejecutivo, por los comentarios despectivos sobre chinos, valones y homosexuales que vertió durante un discurso la semana pasada en Hamburgo.