El trabajador boliviano Franns Melgar Vargas, que sufrió la amputación de su brazo izquierdo, estaba empleado en la empresa en situación ilegal, trabajaba doce horas al día y cobraba 700 euros al mes, según sus declaraciones.
Según CCOO, el jefe del trabajador tiró el brazo a un contenedor después del accidente, lo que impidió la reimplantación, le dejó a 200 metros del hospital y le pidió que no dijera nada sobre su situación laboral.
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