Las Fuerzas Armadas azerbaiyanas iniciaron los primeros ejercicios militares desde el recrudecimiento del conflicto de Nagorno Karabaj, maniobras que se prolongarán hasta el próximo día 24 y en las que participarán cerca de 25.000 hombres.
El comienzo de los ejercicios se produce la víspera de la reunión que celebrarán mañana en la ciudad rusa de San Petersburgo, los presidentes de Rusia, Vladímir Putin; Azerbaiyán, Ilham Alíev, y Armenia, Serge Sargsian, para intentar rebajar la tensión en la zona del conflicto armenio-azerbaiyano por el enclave de Nagorno Karabaj.
En la maniobras -"rutinarias", según el comunicado del Misterio de Defensa azerbaiyano- participan más de 300 carros de combate y transportes blindados, un centenar de baterías de artillería, 40 aviones de combate y más de 30 sistemas de misiles antiaéreos.
Los ejercicios, que incluyen la participación de unidades de fuerzas especiales y de la Armada, tienen lugar en polígonos situados junto a la línea del frente de Nagorno Karabaj, en la república autónoma de Najichevan y el sector azerbaiyano del mar Caspio.
El Ministerio de Defensa destacó que en estas maniobras "se emplean ampliamente nuevos armamentos y tecnologías militares capaces de superar un fuerte sistema defensivo del enemigo condicional".
El recrudecimiento de las hostilidades armenio-azerbaiyanas se produjo a principios de abril en la zona de Nagorno Karabaj, con cruentos combates en la línea de separación de fuerzas que costaron la vida de 150 personas, en su mayoría militares.
Un acuerdo de alto el fuego, que reforzó el vigente desde 1994, se alcanzó tras más de tres días de acciones militares con mediación directa de Putin, aunque ambos bandos se acusan diariamente de violarlo.
El conflicto entre los dos países vecinos del Cáucaso Sur se remonta a los tiempos de la antigua Unión Soviética, cuando el territorio azerbaiyano de Nagorno Karabaj, poblado mayoritariamente por armenios, pidió su incorporación a la vecina Armenia, tras lo cual estalló una guerra que causó unos 25.000 muertos.
La contienda terminó entonces con la victoria de las fuerzas armenias, que no solo se hicieron con el control del Karabaj, sino que también ocuparon vastos territorios azerbaiyanos, que denominan "franja de seguridad", lo que permitió unir el enclave
Azerbaiyán, un país mucho más rico que su vecino y que ha comprado en los últimos años ingentes cantidades de armamento, exige que Armenia abandone los territorios ocupados, que conforman cerca del 20 % de la superficie total del país.
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