Las autoridades húngaras interceptaron el lunes a 2.093 personas que entraron en el país de forma ilegal, un fuerte aumento respecto a la cifra de entre 1.000 y 1.500 de los días anteriores, informó hoy la policía.
El incremento se registra después de que Macedonia facilitara el paso a Serbia de miles de refugiados -en gran parte provenientes de Siria, así como de Irak y Afganistán- y pocos días antes de que Hungría termine de tender un alambrado de metro y medio de altura en su frontera con Serbia para obstaculizar la inmigración.
Hungría es el primer miembro de la Unión Europea y del espacio de Schengen al que llegan los refugiados, cuyo objetivo es seguir hacia otras naciones como Alemania, Suecia o Austria.
Según el informe de la policía magiar, el mayor grupo que entró en Hungría ayer estuvo compuesto por 155 sirios, 83 bengalíes, 50 afganos, 33 pakistaníes y otros, que fueron interceptados en las afueras de la ciudad de Szeged, cercana a la frontera con Serbia.
El pasado fin de semana unos 7.000 refugiados entraron en Serbia desde Macedonia y se espera que lleguen a Hungría en las próximas horas y días.
Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la mayor parte de esa ola de inmigrantes abandonará Serbia y llegará a la frontera húngara en la tarde de mañana, informó la agencia serbia Tanjug.
Hungría instala a contrarreloj una alambrada de metro y medio de altura como un "cierre técnico" de la frontera con Serbia, que espera haber terminado el próximo día 31.
Mientras, continúa con la construcción de una valla de cuatro metros de altura en el mismo lugar, que estará concluida en noviembre.
La semana pasada, el gobierno de Budapest anunció que creará unidades especiales de defensa de la frontera, con miles de policías que actuarán en el sur del país.
Además, ha presentado al Parlamento para su aprobación una serie de modificaciones de la legislación que eleva los castigos relacionados con el cruce ilegal de la frontera.
En lo que va del año, el número de refugiados que ha llegado a Hungría supera los 120.000, aunque su gran mayoría ha abandonado el país pocos días después de su llegada, en rumbo hacia países más ricos de la UE, como Austria o Alemania.