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El Estado Islámico lanza sus redes en Sudáfrica

Las alarmas saltaron este mes de abril, cuando el Gobierno anunció que había interceptado ya en el aeropuerto de esta urbe a dos menores de Ciudad del Cabo que habían sido captadas por las redes sociales e iban a volar a los territorios del EI

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Sudáfrica se ha convertido en uno de los principales objetivos del Estado Islámico (EI) en el África subsahariana, que ve en la educada y pujante comunidad musulmana del país austral una cantera ideal para nutrir sus filas y extender su influencia en el continente.

"Sudáfrica tiene una buena infraestructura, un sistema bancario sólido, una comunidad musulmana grande y una historia relevante, y la gente tiene interés en la política y la religión", dice a Efe el embajador de Irak en Sudáfrica, Hisham al Alawi.

El diplomático y varios expertos en yihadismo citan también la libertad política de la que disfruta el país y su buena imagen en el extranjero como razones para la penetración de los islamistas, para quienes es importante trabajar con portadores de pasaportes de países no sospechosos.


"Algunas informaciones hablan de un centenar" de sudafricanos combatiendo en las filas del EI en Oriente Medio, declara el embajador, que advierte de que el número de sudafricanos con relación con el grupo es mucho mayor.

El diplomático iraquí cita una noticia aparecida en la prensa en la que un joven sudafricano que vive en el califato establecido por el EI y que trabaja para reclutar nuevos miembros en su país de origen asegura haber sido contactado desde Sudáfrica por unas cien personas para alistare a la organización.

Las alarmas saltaron este mes de abril, cuando el Gobierno anunció que había interceptado ya en el aeropuerto de esta urbe a dos menores de Ciudad del Cabo que habían sido captadas por las redes sociales e iban a volar a los territorios del EI.

Pero, como aclararon entonces las autoridades, estos dos mediáticos casos no fueron los primeros en Sudáfrica, un país de 54 millones de habitantes conocido por su tolerancia religiosa y que cuenta con cerca de 700.000 musulmanes.

"En julio del pasado año informamos al Gobierno sobre los dos primeros jóvenes sudafricanos que fueron a Siria y murieron en combate", cuenta Al Alawi, que explica que uno de ellos pertenecía al EI y otro a una rama regional de Al Qaeda.

Desde entonces, diarios sudafricanos han escrito sobre otros casos de reclutados convertidos en reclutadores, que trabajan a través de internet y ofrecen a potenciales nuevos miembros una guía detallada para viajar al califato a través de Turquía.

Entre estas informaciones se cuenta la de una familia de la ciudad suroriental de Port Elizabeth que vendió su casa para reunir el dinero que les permitiera viajar a Oriente Medio para unirse al EI.

El perfil de quienes se alistan al EI es de gente educada y acomodada de la influyente comunidad islámica sudafricana, que se caracteriza también por una tradición de movilización política que es a menudo terreno fértil para el activismo islamista.

Su conocimiento del inglés -lengua nacional de comunicación en Sudáfrica- les convierte en instrumentos perfectos para la propaganda en sus caladeros de Europa, Estados Unidos y Australia, comenta Al Alawi.

El profesor Husein Solomon, estudioso de movimientos fundamentalistas de la Universidad del Free State, recuerda que grupos como Hamás y Al Qaeda operan desde hace lustros en Sudáfrica, donde el grupo Hizbulá ha tenido campos de entrenamiento.

Solomon critica la supuesta falta de respuesta de unos servicios secretos "centrados en proteger al presidente" Jacob Zuma, y considera que el país se ha convertido en un santuario para grupos terroristas islámicos, entre ellos Al Shabab y el EI.

El mayor temor de Solomon es que miembros del EI de vuelta de Oriente Medio establezcan células durmientes en el país.

Pese a contar con potenciales objetivos de un atentado terrorista como lujosos centros comerciales, intereses estadounidenses y la mayor comunidad judía de África, además de unas fuerzas de seguridad corruptas y fronteras porosas, Sudáfrica no ha sido víctima por el momento de ningún ataque.

Para el profesor, grupos como el EI o Al Shabab "prefieren mantener esta atmósfera propicia" para no atraer atención y ver así comprometida su actividad en el país.

En la línea del argumento de Solomon, el Consejo de Seguridad de la ONU alertó a Sudáfrica en febrero de que once agentes de Al Qaeda y el EI en busca y captura internacional planeaban desplazarse al país austral para establecer su base de operaciones.

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