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Cabezudo dice ante el juez que siempre se ha sentido amenazada

La ex teniente alcalde de Portugalete (Vizcaya) Esther Cabezudo, herida junto a su escolta en un atentado en 2002, dijo ayer en el juicio contra el presunto etarra Gorka Martínez Arkarazo ?en la imagen? que siempre ha tenido la ?sensación de amenaza? y que era ?inevitable?.

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  • Gorka Martínez Arkarazo, acusado de intentar asesinar en febrero de 2002 a Esther Cabezudo. -
La ex teniente alcalde de Portugalete (Vizcaya) Esther Cabezudo, herida junto a su escolta en un atentado en 2002, dijo ayer en el juicio contra el presunto etarra Gorka Martínez Arkarazo –en la imagen– que siempre ha tenido la “sensación de amenaza” y que era “inevitable”. 

Durante la vista, que se inició ayer en la Audiencia Nacional, el acusado de intentar asesinar a Cabezudo, a su escolta y a otras 18 personas que resultaron heridas y para quien el fiscal pedirá 377 años de cárcel, negó pertenecer a ETA así como haber participado en ese atentado o ayudado para su comisión. 

A preguntas de su abogado, también dijo desconocer el manejo y la confección de explosivos, y aseguró que el día de los hechos estuvo trabajando. 

En su declaración policial tras su detención en septiembre de 2003, leída ayer al tribunal, Martínez Arkarazo, quien trabajaba como auxiliar en la Policía Municipal de Amorebieta, reconoció que había empezado a colaborar con ETA en marzo de 2001.

Esther Cabezudo ha recordado que el 28 de febrero de 2002 se dirigió andando desde su domicilio junto a su escolta hacia el Ayuntamiento cuando en la acera contraria y por la que usualmente transitaban se produjo una explosión.

El artefacto, compuesto por 20 kilos de tytadine, se encontraba en un carrito de la compra que fue activado por radio mando.

La ex teniente de alcalde ha relatado que cayó al suelo y que el escolta "voló" por encima de ella.

Cabezudo, que tiene reconocida la incapacidad total permanente desde 2004, ha explicado que a consecuencia del atentado sufre vértigos, una sordera "bastante importante" y tiene metralla alojada en la parte derecha del cuerpo, entre otras secuelas.

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