Según ha informado la Guardia Civil, a los hermanos arrestados, un sargento primero del Ejército de Tierra y un cabo primero del Ejército del Aire, se le imputa un delito de revelación de secretos o informaciones relativas a la seguridad nacional.
Los ahora detenidos facilitaron a un medio de comunicación español el vídeo captado por las cámaras de seguridad instantes después del ataque, así como imágenes grabadas durante los disturbios que se produjeron en las inmediaciones de la base española de Qala i Naw a raíz del atentado.
Las investigaciones, desarrolladas por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), se iniciaron en noviembre de 2010 tras la orden del Juzgado Togado Militar número 12 de Madrid de averiguar la identidad de las personas que pudieran haber facilitado o comercializado las imágenes del ataque.
Durante las pesquisas, el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil ha determinado los sistemas empleados en la grabación de las imágenes, así como las copias realizadas, mientras que los agentes de la UCO han tomado declaración a decenas de testigos y han investigado al personal militar y civil que pudiera haber tenido acceso a las imágenes.
Las sospechas se centraron en los dos hermanos militares detenidos, que habían tenido acceso en días posteriores al atentado a la totalidad de los vídeos difundidos y que además habrían mantenido diversos contactos posteriores con personas relacionadas con los medios de comunicación que difundieron las imágenes.
En la operación, que ha contado con la colaboración de diferentes departamentos del Ministerio de Defensa, la UCO ha practicado dos registros en los domicilios de los detenidos, en los que ha intervenido diversos archivos informáticos que ahora están siendo analizados.
El Juzgado Togado Militar ha decretado el secreto de las actuaciones.
En el atentado de la insurgencia, perpetrado en la base española de Qala i Naw el 25 de agosto del año pasado, fueron asesinados el capitán de la Guardia Civil José María Galera Córdoba y el alférez Abraham Leoncio Bravo Picallo, así como un intérprete español de origen iraní.
El autor de los disparos, que fue abatido inmediatamente por las fuerzas españolas, era el conductor de uno de los oficiales asesinados.
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