Australia anunció este lunes la compra de 20 aviones Hércules C-130J de fabricación estadounidense, días antes de la visita de altos representantes de EE.UU. para una cumbre ministerial en el país oceánico.
La compra, que reemplazarán y ampliarán a la antigua flota de 12 Hércules, está valorada en 9.800 millones de dólares australianos (6.597 millones de dólares estadounidenses o 5.924 millones de euros), anunció el ministro de Defensa, Richard Marles.
Los nuevos aviones serán usados para el despliegue de personal, equipos y suministros humanitarios tanto en tareas de búsqueda y rescate, auxilio durante las catástrofes naturales, así como para las evacuaciones médicas, según un comunicado de la oficina de Marles.
Además, estos aparatos fabricados por la empresa estadounidense Lockheed Martin serán desplegados en futuras operaciones de defensa y mantenimiento de la paz en la región y a nivel global, tal y como ha sucedido en las últimas décadas en Timor Oriental, Irak y Afganistán, entre otros conflictos.
El anuncio de la compra de estos aviones, que comenzarán a entregarse a finales de 2027, se da unos días antes de la visita a Australia del secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, y el de Defensa, Lloyd Austin, para una reunión anual ministerial el 28 y 29 de julio en la ciudad nororiental de Brisbane.
También coincide con los ejercicios militares bianuales "Talisman Sabre" entre los EE.UU. y Australia, que comenzaron el pasado sábado y terminan el 4 de agosto, en diversas partes del territorio australiano y con la participación de más de 30.000 soldados y otros 11 países, como Alemania, Francia o Japón, en calidad de invitados.
El secretario de Defensa aprovechará su visita al país oceánico para presenciar, junto a Marles, uno de estos ejercicios de simulacros de combate en el norte de Australia, donde la semana pasada fue detectado un barco espía chino, según una fotografía captada desde un avión de patrulla australiano y publicada hoy por la cadena pública ABC.
Las maniobras militares se producen en un momento en el que varios países occidentales se unen para mostrar unidad ante la expansión más asertiva de China en la estratégica región del Indopacífico, tradicionalmente vinculada a los Estados Unidos y Australia.
En septiembre de 2021, Australia y Estados Unidos, junto a su aliado Reino Unido, formaron el pacto de seguridad AUKUS (por las siglas en inglés de los tres países), que incluye el desarrollo de submarinos nucleares para el país oceánico, en lo que se ha interpretado como un intento de contrarrestar los avances de China.
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