El presidente de Francia, Emmanuel Macron, apeló a la "responsabilidad" de los padres para que sus hijos no participen en los disturbios desatados a raíz de la muerte de un menor llamado Nahel a manos de la policía en Nanterre, que se han venido recrudeciendo en el país durante las últimas tres noches.
"Pido a los padres responsabilidad para que sus hijos se queden en casa", subrayó Macron al término de una reunión de la célula de crisis interministerial convocada tras una noche en la que hubo 875 arrestos y casi 300 policías heridos, ninguno de gravedad.
Macron incidió en este mensaje a la vista de que un tercio de los detenidos son menores de edad y, en el mismo sentido, su ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti, avisó de que los progenitores tienen una responsabilidad penal -hasta dos años de cárcel y 30.000 euros de multa- si no ejercen su autoridad.
"Encontramos a jóvenes de entre 12, 13 y 18 años. El presidente ya lo ha dicho, no es el Estado sino los padres los que crían a los hijos", dijo el ministro.
El Ejecutivo francés también ha insistido en la responsabilidad de las redes sociales en la organización de las algaradas.
En este sentido, el ministro de Interior francés, Gérald Darmanin, convocó hoy a una reunión a representantes de varias plataformas sociales, como Twitter, Snapchat y TikTok.
El ministro de Justicia, además, solicitó en una circular a los fiscales que demanden a los operadores de las redes sociales su colaboración para desvelar la identidad de los menores que se organizan para cometer actos vandálicos o que se vanaglorian de la quema de mobiliario urbano, de coches o de edificios públicos.
"No se pueden refugiar en sus teléfonos para no ser perseguidos", advirtió.
CANCELACIÓN DE EVENTOS Y REDUCCIÓN DEL TRANSPORTE PÚBLICO
De cara a esta noche, se volverá a reforzar el dispositivo policial, que incluirá el despliegue de blindados de la Gendarmería, si bien Macron ha descartado decretar el estado de emergencia.
En una entrevista con el canal TF1, Darmanin detalló que habrá un total de 45.000 agentes en las calles, 5.000 más que en la noche precedente (cuando ya se había multiplicado por dos respecto al día anterior).
El Gobierno quiere evitar a toda costa que se repitan los actos vandálicos que dieron la vuelta al mundo de finales de 2005, cuando una oleada de violencia estalló después de que dos adolescentes que huían de la policía perdiesen la vida electrocutados en la periferia parisina.
También se ha extendido a todo el país la restricción de la circulación nocturna de autobuses y tranvías -que no podrán funcionar desde las 21.00 horas (19.00 GMT) hasta la mañana siguiente- y se ha prohibido temporalmente la venta de morteros para el lanzamiento de fuegos artificiales, bidones de gasolina, ácidos y otros productos inflamables y químicos.
Otra medida ha sido la cancelación de grandes actos culturales y festivos, como los megaconciertos de la cantante francófona Mylène Farmer programados en el Estadio de Francia esta noche y mañana, así como el festival FNAC Live París.
Igualmente se han aplazado o anulado las tradicionales fiestas de verano de las escuelas francesas (Kermesses) en la populosa región de París y, en Marsella, las autoridades han prohibido cualquier tipo de manifestación reivindicativa en el centro de la ciudad.
En este contexto, el principal sindicato patronal de la hostelería y la restauración (UMIH) ha alertado en un comunicado de que se ha detectado una oleada de anulaciones en las reservas hoteleras en reacción a los altercados.
LA ONU ADVIERTE SOBRE EL RACISMO POLICIAL, PARÍS LO NIEGA
En este volátil contexto, la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, reclamó hoy a Francia abordar seriamente "los profundos problemas de racismo y discriminación de sus fuerzas del orden".
La respuesta del Gobierno fue de rechazo rotundo de las acusaciones y recalcó que "no hay duda posible" del compromiso de sus fuerzas del orden en la lucha contra el racismo y toda forma de discriminación.
Desde el primer momento, el Ejecutivo condenó la muerte de Nahel, pero también ha pedido sosiego mientras la justicia trabaja.
La víctima era un joven de 17 años y de ascendencia árabe que recibió un disparo mortal de un policía el pasado día 27 cuando trataba de huir de un control policial en Nanterre, a las afueras de París.
Las imágenes del incidente, grabadas por testigos, desataron una fuerte indignación en el país, especialmente en los barrios populares de las grandes ciudades y del cinturón metropolitano de París.
El agente se encuentra provisionalmente encarcelado y, según sus abogados, ha pedido perdón y asegurado que no tenía intención de matar, si bien defiende que sus acciones estuvieron justificadas.
Nahel será enterrado mañana, sábado, según confirmó hoy el alcalde de Nanterre, Patrick Jarry, en declaraciones a la prensa.
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