La comunidad internacional, incluidos EE.UU., la Unión Europea y la ONU, ha condenado el ataque aéreo perpetrado el martes por el Ejército en Birmania contra un acto de la oposición al régimen militar, que se estima puede haber dejado más de un centenar de muertes, incluyendo decenas de niños, en la que es una de las peores masacres desde el golpe de Estado de 2021.
"La UE está profundamente conmocionada por los informes sobre la última atrocidad cometida por el régimen militar en Sagaing (noroeste del país), que se cobró la vida de decenas de civiles inocentes. Continuamos trabajando para que los responsables rindan cuentas", señaló Nabila Massrali, portavoz de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, en las redes sociales.
Las Fuerzas Aéreas de Birmania bombardearon a primera hora del martes una ceremonia de inauguración de una oficina administrativa vinculada al opositor Gobierno de Unidad Nacional (NUG), que se declara la autoridad legítima de Birmania tras el golpe, en la localidad de Pazigyi, en Sagaing, uno de los principales bastiones rebeldes.
Un portavoz del NUG confirmó a EFE la muerte de al menos 50 personas, mientras diferentes medios locales consideran que pueden haber muerto más de un centenar, entre ellas decenas de niños y mujeres, pues se estima que hasta 150 personas pudieron acudir al evento, en el que se servía comida para los vecinos de la localidad.
Según el mismo portavoz, los cazas volvieron a bombardear el poblado cuando voluntarios buscaban supervivientes entre los escombros y retiraban los cuerpos sin vida.
"Los ataques del Ejército de Birmania contra inocentes, incluido el ataque aéreo en Sagaing, son posibles gracias a la indiferencia del mundo y a quienes les suministran armas. ¿Cuántos niños de Birmania deben morir antes de que los líderes mundiales tomen medidas fuertes y coordinadas para detener esta carnicería?", apuntó en Twitter el relator de la ONU para Birmania, Tom Andrews.
A las reacciones contra el ataque aéreo se sumaron portavoces de Washington y Londres, entre otros países.
"Estos ataques violentos subrayan aún más el desprecio del régimen (golpista) por la vida y su responsabilidad en la grave crisis política y humanitaria en Birmania tras el golpe de estado de febrero de 2021", señaló en un comunicado Vedant Patel, portavoz del departamento de Estado de EE.UU.
Patel además reclamó a la junta militar "el cese de la horrible violencia" y que permita el acceso de ayuda humanitaria "sin trabas", así como respetar las aspiraciones democráticas "genuinas" del pueblo birmano.
Por su parte, Anne-Marie Trevelyan, ministra de Reino Unido para el Indopacífico, calificó el ataque de "indefendible".
"No hay justificación para matar a civiles inocentes", subrayó la diplomática británica en Twitter.
El Ejército birmano, acusado de crímenes de lesa humanidad por la ONU por sus ataques contra la minoría musulmana rohinyá, ha recurrido en varias ocasiones a ataques aéreos para aplacar a la insurgencia, constituida en gran medida por civiles que se oponen al régimen, y el pasado octubre bombardeó una ceremonia organizada por una guerrilla étnica donde murieron alrededor de 80 personas.
El 27 de marzo, el líder de la junta militar, Min Aung Hlaing, advirtió que "aplacará con firmeza" a la resistencia durante un desfile militar por el Día de las Fuerzas Armadas, con el foco en el NUG, formado en parte por exdiputados del derrocado Gobierno civil de Aung San Suu Kyi, y su brazo armado, las fuerzas para la defensa del pueblo (PDF).
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