China reabrirá sus fronteras el próximo 8 enero, poniendo fin a confinamientos masivos, pruebas de PCR diarias y restricciones de viajes. Se trata de un intento de volver a la normalidad, aunque lo cierto es que muchos viajeros están anulando sus viajes mientras crece el temor a que el coronavirus mute por la explosión de casos en las últimas semanas.
Muchos países ya están exigiendo pruebas obligatorias de Covid a los pasajeros procedentes de este país asiático, lugar donde comenzó la pandemia de coronavirus en 2019.
El pasado 7 de diciembre el Consejo de Estado chino levantó la obligación de que personas infectadas o contactos estrechos permanezcan en centros de cuarentena. Ahora solo exigirá que quienes ingresen al país presenten un test negativo realizado 48 horas antes. Un paso más en su cambio de política de 'Covid Cero', tras las enormes protestas contra los confinamientos.
Casi tres años después de la pandemia más grave de la historia reciente, el país asiático, presionado por las manifestaciones de rechazo a los confinamientos forzados en centros estatales, el cierre de ciudades, y los problemas económicos generados por esta estrategia anti pandémica, ha decidido relajar sus medidas anticovid.
La Comisión Nacional de Sanidad de China anunció este lunes la reapertura de las fronteras y de la retirada, el próximo 8 de enero, de las cuarentenas para entrar al país. La fecha decidida para la apertura esta relacionada con los días de vacaciones que tienen en China por el Año Nuevo Chino, que en 2023 será el 22 de enero (del 21 al 27 de enero son los días festivos).
El Consejo de Estado busca así una reactivación del turismo, tanto interno como emisor. Lo que sí han pedido las autoridades chinas es que las salidas en las próximas fechas vacacionales sean escalonadas para evitar una nueva ola de contagios.
El problema es que los casos de Covid se han disparado en el país en las últimas semanas y en muchas ciudades chinas las infecciones se cuentan por miles con una sobrecarga en los hospitales que están al límite de carga de trabajo.
La Comisión Nacional de Sanidad de China anunció el domingo que dejará de publicar los casos diarios de coronavirus, en un momento en el que el país experimenta un aumento exponencial de casos tras relajar algunas restricciones.
El último parte oficial publicado antes del apagón informativo señalaba 4.128 nuevas infecciones y ninguna muerte, situando la suma de contagios sintomáticos desde el inicio de la pandemia en casi 400.000 y la de fallecimientos, en 5.241. Unos datos que parecen alejados de la situación real, ya que, según estimaciones de la consultora británica Airfinity, alrededor de 5.000 personas estarían falleciendo a diario en China a causa de la COVID-19.
La verdadera cifra de nuevos contagios diarios podría haber alcanzado los 37 millones, según Bloomberg, que cita la supuesta acta de una reunión de la Comisión Nacional de Sanidad china. Solo entre el 1 y el 20 de diciembre, tras el abandono de la política de 'COVID cero', se habrían infectado unos 248 millones de personas -el 18% de la población nacional-. En ese tiempo, las autoridades sanitarias chinas únicamente reconocieron de manera oficial algo más de 58.000 contagios.
El Gobierno de China ha asegurado este miércoles que la situación epidemiológica en torno a la pandemia de coronavirus se encuentra "bajo control", en medio del repunte de casos detectados durante las últimas semanas tras la relajación de las restricciones.
"En estos momentos, el desarrollo de la situación epidemiológica en China es el esperado y está bajo control", ha dicho el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Wang Wenbin.
"El hecho es que durante los últimos tres años, desde el inicio de la pandemia, el Gobierno chino siempre ha puesto a la gente y la vida por encima de todo lo demás", ha argumentado. "Desde una perspectiva global, la tasa de enfermos graves y muertos en China es el más bajo", ha zanjado.
Los expertos sanitarios de todo el mundo reconocen que el gigante asiático se encuentra sumido en una crisis sanitaria sin precedentes, lo que tampoco sorprende teniendo en cuenta que los ciudadanos chinos apenas han estado expuestos al virus durante estos tres años, a lo que hay que sumar una cobertura vacunal insuficiente, especialmente en cuanto a dosis de refuerzo.
Con la mayor población del planeta (más de 1.400 millones de habitantes), y numerosas ciudades superpobladas, el país es una 'bomba de relojería' desde el punto de vista epidemiológico.
Ante esta situación muchos son los países que están mirando con desconfianza al gigante asiático convertido en un nuevo potencial foco emisor de Covid. Con el actual volumen de contagios, que con toda probabilidad se cuenten por millones cada día, China se ha convertido en un caldo de cultivo idóneo para que surjan nuevas variantes y mutaciones del SARS-CoV-2.
Así algunos países como Italia y Japón, India o Malasia ya han comenzado a exigir test de Covid a ciudadanos chinos para ingresar en sus territorios.
El Ministerio de Sanidad italiano obligará a someterse a un prueba para detectar si tienen Covid a todos los pasajeros que lleguen al país desde China, después de que en algunos aeropuertos casi el 50 % de los viajeros que han aterrizado procedentes del país asiático dieran positivo.
Desde el pasado viernes, el comité directivo del Instituto Superior de Sanidad italiano estaba realizando un seguimiento de la evolución del contagio de Covid en China y sometía a pruebas a algunos pasajeros que llegan desde este país.
En el aeropuerto de Malpensa (Milán), uno de los de mayor tráfico de Italia, la mitad de los pasajeros provenientes de China ha resultado positivo, según informaron fuentes de la región de la Lombardía.
Italia, destino para millones de turistas de todo el mundo, se convirtió hace casi tres años en el primer país occidental que experimentó un número muy elevado de casos de coronavirus, justo semanas antes de que la enfermedad se extendiera por todo el mundo con decenas de países en cuarentenas para intentar frenar la enfermedad.
Estados Unidos también anunció este miércoles que pedirá a los viajeros procedentes del gigante asiático un test negativo de Covid-19 para ingresar al país a partir del 5 de enero.
Los pasajeros que tengan como destino final Estados Unidos deberán hacerse un test dos días antes de su salida de territorio chino y presentar el resultado negativo a las autoridades aeroportuarias antes de embarcar en un avión, informaron en un comunicado los gubernamentales Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Filipinas, también sopesa imponer un test PCR a la llegada para los viajeros procedentes de China, mientras que Japón exigirá a partir del viernes una prueba PCR a todo viajero de China al aterrizar y que en caso de resultar ésta positiva se obligará a guardar una cuarentena de siete días.
Taiwán también anunció exigirá pruebas PCR a los viajeros procedentes de China a partir del 1 de enero y quienes den positivo tendrán que aislarse en casa durante cinco días. La medida entrará en vigor antes de las vacaciones por el Año Nuevo Lunar en las que es habitual que millones de personas se desplacen en Taiwán y China.
China fue el país donde se detectó por primera vez la COVID-19 y hasta el momento ha confirmado oficialmente 4,4 millones de casos y 16.764 muertes. En los últimos 28 días se ha informado de 815.995 casos y 787 muertes relacionadas con la enfermedad.