El rey Mohamed VI de Marruecos tendió hoy de nuevo la mano a Argelia en su discurso con motivo del 23 aniversario de la Fiesta del Trono, pese a la ruptura de relaciones diplomáticas entre los dos países hace casi un año.
En su discurso dirigido a la nación y transmitido en las televisiones y radios oficiales, en el que no mencionó a España tras la normalización de relaciones con el vecino del sur, el monarca también llamó a una reforma legal para mejorar los derechos de la mujer hacia la paridad.
Sobre Argelia, Mohamed VI subrayó que la frontera entre los dos países nunca será una "barrera que impida la interacción y el entendimiento entre los dos pueblos".
"Nuestro deseo es que esta frontera se convierta en un puente que permita a Marruecos y a Argelia ir hacia un futuro mejor y ofrecer un buen ejemplo de concordia entre los otros pueblos magrebíes", apuntó Mohamed VI.
El monarca pidió a los marroquíes preservar el "espíritu de fraternidad, solidaridad y buena vecindad" con los "hermanos argelinos" y favorecer "la cercanía, la comunicación y el entendimiento entre los dos pueblos".
Mohamed VI también se refirió a los insultos entre los dos países desde la ruptura de relaciones, que calificó de actos "irresponsables" cuyo objetivo es "provocar cizaña entre los dos pueblos hermanos".
"Aspiramos a trabajar con la Presidencia argelina para que Marruecos y Argelia puedan trabajar mano a mano para el establecimiento de relaciones normales entre los dos pueblos hermanos, unidos por la historia, los vínculos humanos y un destino común", aseveró.
Argelia rompió sus relaciones diplomáticas y cerró su espacio aéreo a los aviones marroquíes en agosto de 2021, después de varios meses de crisis entre ambos países a raíz de la intervención militar marroquí en el puesto fronterizo de Guerguerat, entre el Sahara Occidental y Mauritania, para dispersar a un grupo de activistas saharauis.
Por otra parte, en su discurso el monarca exhortó a revisar las leyes relacionadas con la mujer para garantizar el pleno acceso a sus derechos. Concretamente, se refirió a la "Moudawana" o Código de Familia, aprobado en 2004 y que constituyó en su momento un avance en cuanto a la consagración de los derechos de la mujer.
En los últimos años, varios organismos de derechos humanos reivindican una segunda revisión del código para consagrar el camino hacia la paridad. La reforma de 2004 restringió la poligamia y el matrimonio de menores, pero las organizaciones piden que garantice la igualdad a la hora de la herencia y prohíba el matrimonio de niñas.
En su discurso, el rey especificó que la reforma de estas normativas se debe hacer en "perfecta concordancia" de los preceptos de la "sharia" (ley islámica) y las especificidades de la sociedad marroquí.
"Que las mujeres accedan plenamente a sus derechos, no significa que perjudiquen a los hombres, ni viceversa. La condición 'sine qua non' para el progreso de Marruecos reside en la posición que ocupa (la mujer) y su participación efectiva en los diferentes ámbitos de desarrollo", subrayó.
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