Hasta ahora, los modelos no han sido capaces de explicar completamente la complejidad del humor o exactamente por qué encontramos juegos de palabras y chistes divertidos.
Pero un artículo de investigación publicado recientemente en Frontiers in Physics sugiere un enfoque novedoso: la teoría cuántica.
Con el objetivo de responder a la pregunta de qué tipo de teoría formal es necesaria para modelar la representación cognitiva de una broma, los investigadores sugieren que un enfoque de la teoría cuántica podría ser un explicación.
En su trabajo, describen un modelo de humor inspirado en el 'quántum', con la esperanza de que este nuevo enfoque pueda tener éxito en una modelación más matizada de la cognición del humor que los intentos previos, y conducir al desarrollo de un modelo formal de teoría cuántica de pleno derecho.
Este modelo inicial fue probado en un estudio en el que los participantes calificaron la gracia que les producía los juegos de palabras verbales, así como de las variantes de estas bromas.
Los resultados indican que, aparte de la entrega de información, algo más está sucediendo en un nivel cognitivo que hace que la broma en su conjunto sea divertida mientras que sus componentes deconstruidos no lo son, y que hace que un enfoque cuántico sea apropiado para estudiar este fenómeno.
Durante décadas, investigadores de diferentes campos han intentado explicar el fenómeno del humor y lo que ocurre a nivel cognitivo en el momento en que "nos damos la broma". Incluso dentro del campo de la psicología, el tema del humor ha sido estudiado usando muchos enfoques diferentes, y aunque las últimas dos décadas han visto un auge de la aplicación de los modelos cuánticos al estudio de los fenómenos psicológicos, esta es la primera vez que una teoría cuántica ha sido sugerido una manera de entender mejor la complejidad del humor.
Modelos computacionales de humor anteriores han sugerido que el elemento divertido de una broma puede ser explicado por la capacidad de una palabra de tener dos significados diferentes (bisociación), y la existencia de múltiples, pero incompatibles, formas de interpretar una declaración o situación (incongruencia). Durante la acumulación de la broma, interpretamos la situación de una manera y, una vez que se produce el desenlace, hay un cambio en nuestra comprensión de la situación, lo que le da un nuevo significado y crea el efecto cómico.
Sin embargo, los autores argumentan que no es el cambio de sentido, sino más bien nuestra capacidad de percibir ambos significados simultáneamente, lo que hace un juego de palabras divertido. Aquí es donde un enfoque cuántico podría ser capaz de explicar la complejidad del humor, de una manera que los modelos anteriores no pueden.
"Los formalismos cuánticos son muy útiles para describir los estados cognitivos que implican esta forma de ambigüedad", dice la Liane Gabora, de la Universidad de Columbia Británica, autora del artículo. "La fecundidad no es un elemento preexistente de la realidad que se pueda medir, sino que surge de una interacción entre la naturaleza subyacente de la broma, el estado cognoscitivo del oyente y otros factores sociales y ambientales, lo que hace que el formalismo cuántico sea un excelente candidato para modelar el humor", dice Gabora.
Aunque son precisos muchos trabajos y pruebas antes de completar un modelo formal de teoría cuántica del humor para explicar los aspectos cognitivos de reaccionar a un juego de palabras, estos primeros resultados proporcionan un primer paso emocionante y abre la posibilidad de un modelado más matizado del humor. "El proceso cognitivo de conseguir una broma es un proceso difícil de modelar, y consideramos que el trabajo en este documento es un primer paso temprano hacia una teoría del humor más completa que incluya modelos predictivos. Creemos que el enfoque promete in paso emocionante hacia una teoría formal del humor, y que la investigación futura se basará en este comienzo modesto", concluye Liane Gabora.
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