Y llegó septiembre. Este mes de agosto se me atragantó desde sus primeros días, con la incertidumbre y preocupación de tener que irnos de vacaciones sin un gobierno al frente, sin la certera convicción de que pueda o no llegar; un hecho inaudito que no deja de sorprender, aunque cosas más raras se han visto en este país, como a Bertín Osborne “coronándose” con comentarios inoportunos; este machote tiene ganado el cielo. Aunque debo reconocer, que tras la entrada de Wenceslao Font a vox, pocas cosas me sorprenderían; bueno sí, que Elena Llompart fuese su asesora, con eso acabarían conmigo.
Los primeros días de este mes se iniciaron con incendios que empezaron a ser tan habituales como los políticos corruptos. Pocas mañanas se libraban de nuevos focos distribuidos, no sólo en Huelva, en todo el mundo. El Amazonas aún sigue consumiéndose tras uno de los más devastadores incendios de la historia, poniendo en peligro el pulmón de este planeta. El incidente en Punta Umbría en el que se apuñaló al jefe de la Policía Local por un vendedor ilegal ambulante fue otra de esas noticias poco habituales en Huelva y su resolución nos indignó más que el hecho en sí. Tras cinco cuchilladas quedaba en libertad el “matarife”, que alegaba algún que otro problema mental. Es destacable también en esta localidad la caída de una palmera, que preocupó a los sorprendidos veraneantes.
Un brote de listeriosis nos asustó en las primeras semanas en una fábrica sevillana que enlataba carne mechá y que se ha cobrado más de diez vidas. Por fin han cerrado las instalaciones de esta empresa, aunque sea algo tarde. Una intoxicación alimentaria en Moguer de carácter químico afectó a unos 230 comensales en una celebración, que seguro recordarán toda la vida. Cerrando el trío alimenticio, nos alertan de una toxina botulínica en el atún en aceite de DIA; un agosto poco digerible.
El accidente de un ultraligero en los términos de San Juan del Puerto se cobra una vida, otro hecho que nos ha dejado estos días de descanso. No podían faltar las noticias de siempre: las balsas de fosfoyesos, las caravanas constantes en el puente de Punta y las fábricas, son y serán el pan de cada día. Grosso modo, hemos tenido un mes movido, lleno de incidentes, que cerramos ayer mismo con un hombre que se atrincheraba armado en una casa de campo en el término de Villalba del Alcor, sólo le faltaba el caballo. ¡Volvemos al trabajo!
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