Matrícula de deshonor

Falta de información

Como vecino de una ciudad que convive con una estrecha relación con la industria, los sucesos que atañen a este tipo de estructuras tienden a preocuparme

Publicado: 01/07/2019 ·
18:20
· Actualizado: 01/07/2019 · 18:20
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Como vecino de una ciudad que convive con una estrecha relación con la industria química, los sucesos que atañen a este tipo de estructuras sociales tienden a preocuparme sobremanera, como el vivido la pasada semana en El Campo de Gibraltar, en una de las empresas del polo químico, que produjo un miedo colectivo ante una enorme columna de humo negro, producida por la quema de un almacén de plásticos de la empresa Indorama, sin más información ni datos que los consejos por las autoridades pertinentes de cerrar puertas y ventanas. La falta de información sigue siendo una de las batallas perdidas de los distintos colectivos que exigen esa claridad imperiosa y necesaria, que evite el temor a las consecuencias de un incidente como el vivido en Chernobyl, presente en la actualidad por el reciente estreno de la serie, en el que, curiosamente, la falta de información marcó el desastre, “salvando las distancias”.

Desde 1967, año en el que se impuso este modelo económico en nuestra ciudad, han sido incontables los incidentes vividos a causa de accidentes con mayor o menor grado que el presenciado en San Roque, y la falta de información es latente en casi todos los casos, siempre desde mi perspectiva, claro está. Esta relación amor -por una parte - odio - por otra- sólo tiene un camino concreto, que dudo mucho que se pueda emprender: eliminar el polo químico de la avenida Francisco Montenegro, algo que a corto plazo no logro visualizar. Ante este hecho, queda la otra línea, claridad, honestidad e información constante de todo cuanto acontece en el interior de cada una de las fábricas existentes: antes, durante y siempre. Por mi experiencia, el 112 no cubre las necesidades informativas, no solventa los momentos de temor de los ciudadanos, que deberían saber los motivos de una columna de humo, incluso, ante de su aparición. El poder de la información es un arma mal utilizada por determinados colectivos con intereses creados, que moldean a su antojo, creándose ese miedo constante en el que nuestro olfato es el mayor detector e impulsor del miedo, y la falta de dicha información, miles de lecturas que convergen en las redes, cubriendo los huecos informativos que se quedan “de fábricas para dentro”. Si esta convivencia es la que nos toca vivir, si esta relación es la que desea la ciudad de Huelva, yo deberé asumirla, pero me niego a vivir con el temor a los riesgos, me niego a no tener toda la información pertinente de las posibles consecuencias que tiene cada uno de estos sepulcros aceptados.

Un simple desagüe a la ría -que hay decenas de ellos- sin una información pertinente que indique procedencia, función, contenido, etc., ya genera un miedo al ciudadano, imaginen las emisiones constantes de humos que observamos cada día de distintos tonos y potencia y con aromas confusos que asustarían a cualquiera, sobre todo, e insisto, por la falta de información. Huelva tiene a dos kilómetros una dificultad existente con la que debemos “lidiar” cada día, la falta de nitidez en la información lo convierte en un problema que algún día, y sueño con ello, tendremos que solucionar de una vez.

 

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