Luto en el Carnaval

Publicado: 04/06/2019
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Juan Carlos Aragón Becerra (Cádiz, 26 de mayo de 1967) se marcha con 51 años de edad, dejando un legado que ha marcado una etapa en la sociedad carnavalera
Luto para el carnaval gaditano por el fallecimiento de uno de los más reconocidos autores de esta fiesta, Juan Carlos Aragón Becerra (Cádiz, 26 de mayo de 1967) , que se marcha con 51 años de edad, dejando un legado que ha marcado una etapa en la sociedad carnavalera. Era un secreto a voces, que dicho autor padecía una enfermedad dolorosa y de difícil solución. El silencio en los medios informativos y entre los seguidores ha sido sublime, manteniendo el respeto en ese pacto de silencio que pocas veces suele contenerse. Han sido más de 40 agrupaciones entre comparsas y chirigotas las que ‘El capitán Veneno’ ha dejado, sirviendo como modelo para toda una generación de nuevos aficionados, que han inundado las redes sociales, siendo un referente para toda Andalucía. Este autor contestatario, irónico, rebelde y canalla, ha logrado poner a las carnestolendas en las cotas más altas, siendo sus coplas versionadas y cantadas por artistas de gran importancia en el panorama musical. En Cádiz se ha decretado un día de luto por la pérdida de uno de los baluartes de la cultura gaditana, dada la repercusión de sus coplas, que traspasaron fronteras, llevando a Cádiz por bandera, siempre como eje central de sus creaciones. En su trayectoria como genio y constructor de historias, no dejaba indiferente a nadie, levantando pasiones allá por donde pasaba, siendo sus creaciones de las más esperadas en el templo de las coplas gaditanas. Su enorme trayectoria es el fiel reflejo de su esencia, con cambios constantes de modalidad, componentes, pero manteniendo su brillante y arrolladora pluma; jamás fue apto para pieles sensibles y ‘ofendiditos’, pues no dejaba títere con cabeza, ‘repartiendo estopa’ de las formas más bellas que se pueden hacer en las tablas de un teatro. Su última copla la han dejado sus familiares, amigos y seguidores, aún en shock ante esta impactante tragedia, en una despedida que quedará glorificada en el mismo Teatro Falla, ante miles de fieles ‘juancarlistas’, amigos o enemigos, pero con un s0lo objetivo, agradecer todo lo que Juan Carlos Aragón ha creado. Hasta siempre, coplero.

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